Alimento Diario - 4 de Diciembre

Devolviendo un regalo

Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dij "¡Abraham!" "Aquí estoy", respondió. Y Dios le ordenó: "Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré." Génesis 22:1-2

Ninguna persona que está en la línea para devolver un regalo sonríe. Después de pasar tanto tiempo buscando el regalo perfecto y de hacer largas líneas para pagar; después de todo el tiempo invertido en encontrar, comprar, envolver y dar, no queremos terminar en el mismo negocio otra vez.

En el texto para hoy vemos cómo Dios llamó a Abraham para que devolviera el regalo que Él le había dado. Y no era cualquier regal Dios llamó a Abraham para que devolviera a su único hijo Isaac. Imaginen lo acongojado que debía estar el corazón de Abraham mientras subía a la montaña, obedeciendo el mandato de Dios.

A veces Dios nos llama a desprendernos de algo precioso, de algo que apreciamos tanto, que pensamos que no podríamos vivir sin eso. ¿Qué podría reemplazar nuestro matrimonio, nuestra familia, o nuestra salud? Si perdemos ese regalo, perdemos todo. O quizás no. Abraham llevó a su hijo para devolvérselo a Dios pero, en vez de aceptar una devolución, Dios hizo un intercambi le dio a Abraham un regalo mayor aún - un sustituto por la vida de su hijo.

Ese era el regalo que el mundo estaba esperand un sustituto que tomara el lugar de cada pecador. Y cuando la larga espera terminó, Dios proveyó un intercambio de regalos: Él dio a Jesús, el Cordero de Dios, para que fuera sacrificado por nosotros. Ahora esperamos por otro gran intercambio. Cuando Jesús vuelva, cambiará nuestra vida aquí por algo mucho mejor, un regalo que durará para siempre.

ORACIÓN: Padre, haz un intercambio conmigo hoy. En lugar de mis pecados, en lugar de mi egoísmo, dame a Jesús. Amén.

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