La importancia de la verdad
Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros. Todos ustedes, en cambio, han recibido unción del Santo, de manera que conocen la verdad. No les escribo porque ignoren la verdad, sino porque la conocen y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre. Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre. Ésta es la promesa que él nos dio: la vida eterna. 1 Juan 2:19-25
Algunos piensan que, cuando el apóstol Juan está escribiendo acerca de quienes se han ido o abandonado su congregación, se está refiriendo a aquéllos que habían establecido una congregación rival en la misma ciudad.
Hay ciertas pautas que indican que la nueva congregación estaba atrayendo personas de la vieja congregación, y pareciera que la división tenía que ver con Jesús: ¿quién es él?, ¿cuál es su naturaleza?, ¿qué naturaleza murió en la cruz? Si la naturaleza humana es materia y pecado, y si Dios es espíritu y bondad, ¿cómo pudo Jesús ser Dios y hombre a la vez?
¿Cómo contestaría estas preguntas sobre Jesús? Una persona con una falsa percepción de Jesús niega la base de su perdón y vida eterna. Juan dice que hemos sido ungidos con el Espíritu Santo por el Padre y el Hijo. A través de la Palabra, el Espíritu Santo nos enseña la verdad acerca de Jesús. Él continúa afirmándonos en esta verdad a la vez que vamos creciendo en el conocimiento y en experiencia. Sin embargo, este crecimiento a menudo lleva a más cuestionamientos acerca de Jesús. ¿Por qué tuvo que morir? ¿Cuál es el significado de su resurrección?
¿Qué interrogantes tiene acerca de Jesús y su obra? ¿Cómo le mantiene el Espíritu en la verdad?
ORACIÓN: Señor Jesús, tu Palabra es la verdad. Permítenos tener tu Palabras en nosotros para que siempre vivamos en tu verdad. Amén.
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