Belleza interior
Dios hizo todo hermoso en su momento… Eclesiastés 3:11ª.
Es fácil deprimirse después de ver los rostros perfectos en las portadas de las revistas.
Son muy pocas las personas que de verdad tienen rostros perfectos, figuras perfectas, o cualquier otra cosa perfecta, y tampoco tenemos la ayuda de artistas que nos maquillen.
En los 1700s circuló una historia acerca de una princesa que no era bella. Una de las amas de llave del castillo le enseñó tres reglas que la ayudarían a parecer bella.
Regla #1 sonríele a todas las personas con que te encuentres;
Regla #2 busca todas las cosas bellas que puedas encontrar;
Regla #3 dile algo amable a todas las personas.
La princesa siguió el consejo, y pronto se dio cuenta que las personas la consideraban muy bella.
Y usted, ¿se siente hermosa/o? Porque gracias a la obra de nuestro Redentor, ante nuestro Señor sí lo es. Pero, ¿se siente hermosa/o para sí mismo?
¿Acaso las preocupaciones diarias le hacen sentirse amargado y viejo antes de tiempo? Si es así, quizás debamos practicar los principios aprendidos por la princesa: sonreír a todos, buscar lo bello, y siempre decir algo amable a los demás.
Puede sonar demasiado simple, pero debo ser honesto. He conocido personas que lo han intentado, y lucen mucho mejor de lo que pensaron sería posible.
ORACIÓN: Padre celestial, por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, tú has creado un nuevo corazón dentro de nosotros. Ayúdanos a mostrar a los demás la belleza interior que tú nos has dado, y así reflejar el amor del Redentor. En el nombre de Jesús. Amén.
De una devoción escrita originalmente para “By the Way”
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