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Encuentro con Jesús - 14 de Julio


Julio 14

Cómo clamar a Dios

MATEO 14.29, 30

El teléfono suena y alguien le comunica que ha ocurrido una tragedia. Su corazón está tan afligido que siente que podría morirse. ¿Qué hace usted?

Las malas noticias, el peligro y el sufrimiento hacen que busquemos ayuda. Como creyentes, debemos refugiarnos en el Dios todopoderoso, que puede ayudarnos. En esos momentos, cuando somos golpeados por las circunstancias de la vida, debemos clamar a Él.

En la Biblia, clamar se refiere a hablar de manera audible y con gran emoción en cuanto a una necesidad urgente. Dios nos invita a utilizar esta forma de oración para comunicarle que necesitamos angustiosamente de su misericordia.

Se necesita tener fe y humildad para dar a conocer lo que nos angustia. Clamar es, entonces, una manera de cómo los hijos de Dios expresan la confianza en el poder del Señor y en su deseo de ayudar. Pero al clamar a Él con tal urgencia, debemos también dejar nuestro orgullo y cualquier actitud de autosuficiencia.

La Palabra de Dios nos asegura que nuestro Padre celestial escucha nuestro clamor y responde. En Salmo 3.4, por ejemplo, David escribió: “Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo”. Cuando clamamos en busca de ayuda en nombre de Jesús, pedimos que su poder se haga presente en la situación.

Si clamamos a Dios, Él puede eliminar el problema de inmediato, pero con frecuencia nos hace esperar y permite que continúen las circunstancias difíciles, con un propósito. Sin embargo, podemos contar con su consuelo y presencia, que nos permiten vivir con gozo y esperanza.

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