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El Camino Bíblico - 26 de Julio

 

Lea Proverbs 23

En la lectura de hoy:

Las enseñanzas morales, espirituales, y la ética; la excelencia de la sabiduría; la comparación, los avisos, y las instrucciones sobre las personas malvadas

Parece normal demandar nuestros derechos — de batallar contra los que nos maltratan y aun infligir sufrimientos sobre aquellos que nos han ofendido. Pero, es un serio pecado deleitarse cuando un enemigo sufre y parece que está recibiendo el juicio que nosotros pensamos que ellos se merecen. Es aun más serio cuando hospedamos un odio escondido en nuestros corazones contra otras personas y deseamos su caída. «Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropezare, no se alegre tu corazón; no sea que Jehová lo mire, y le desagrade, y aparte de sobre él Su enojo» (Proverbios 24:17-18).

Las actitudes de amargura, de venganza, de odio, o de malos sentimientos contra otras personas son reacciones destructivas, y son indicaciones de que no estamos viviendo tan cerca a Cristo como creemos que estamos viviendo y como debemos de vivir: « . . . no amemos de palabra ni de lengua (meramente), sino de hecho y en verdad» (I de Juan 3:18). Nunca debemos de considerar a otra persona como enemigo, pues todos somos creados a la imagen de Dios y Jesucristo murió para salvarnos a todos sin acepción de personas. Vamos a orar para que aquellos que nosotros consideramos «enemigos» llegen a ser discípulos de Jesucristo y nuestros hermanos y hermanas en el Señor.

Nadie es justificado por vengarse por sí mismo; no tenemos las cualidades para ser el juez, el jurado, ni el executor del juicio. No nos atrevemos a tomar el lugar de Dios, quien nos dijo: «No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, Yo pagaré, dice el Señor» (Romanos 12:19; Deuteronomio 32:35; Hebreos 10:30). Si alguien nos trata injustamente, pues debemos de orar por ellos y por los que nos ofenden. Todos los pensamientos de odio y venganza son sugerencias de Satanás; pero el Espíritu Santo que mora en cada creyente nos da el poder para rechazar esas sugerencias y ofrecer misericordia y perdón en vez del odio contra los malhechores.

Nuestras reacciones al comportamiento impiadoso de los que nos ofenden revela si estamos siendo controlados por el Espíritu Santo o por nuestra vieja naturaleza pecaminosa (Romanos 8:1-9). «Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. . . . Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5:5,10).

Pensamiento para hoy:

Poder amar a los que no son bondadosos es una expresión del amor de Cristo.

Lectura opcional: Hebreos 3

Versículo de la semana para aprender de memoria:

Salmos 34:4