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El Camino Bíblico - 22 de Agosto

 

Lea Jeremiah 29

En la lectura de hoy:

La carta a los cautivos en Babilonia; el rescate de los judíos es predicho; la completa restauración de todas las cosas es predicha

Los profetas de Dios les advirtieron a los israelitas que ellos iban a ser dispersos por todo el mundo por su adoración a los ídolos y por olvidar la Palabra de Dios; pero el Señor les dijo: «Porque Yo estoy contigo para salvarte . . . y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo» (Jeremías 30:11).

La destrucción de los poderosos reinos de Asiria y de Babilonia así se cumplió. Estos dos poderosos imperios mundiales fueron destruidos tal y como el Señor lo predijo por medio del profeta Jeremías. Jeremías también profetizó la destrucción de Jerusalén y sobre el cautiverio del pequeño reino de Judá. «Así ha dicho Jehová: He aquí Yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma» (30:18). El Señor también le reveló a Jeremías que, en un tiempo aún futuro, habría un nuevo pacto: «Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré Mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón» (31:33).

Durante el cautiverio en Babilonia, por medio de Su profeta Jeremías, el Señor le enseño a Su pueblo a: « . . . procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz» (29:7).

Esto quiere decir que ellos tenían que orar y ser una bendición a sus opresores, y por eso, al mismo tiempo, los israelitas serían benditos. Esto nos hace recordar de los resultados destructivos que traen el odio, el rencor, o el buscar la venganza, cuando nos maltratan o al enfrentarnos a la oposición.

Digna de lástima es la persona que aunque esté físicamente libre vive insatisfecha por sus circunstancias, y siempre esté esperando por un día mejor cuando podrá encontrar el gozo en su vida. Puede ser que esté esperando hasta tener un mejor trabajo o una casa mejor, o puede estar esperando por un buen retiro. Pero, en verdad, tal persona siempre está buscando cómo librarse de su presente situación. Aun un ejemplo más serio es cuando tal persona ha sido ofendida y ha dejado de asistir a la iglesia. Muchas veces tal persona está encerrada en algún resentimiento o amargura, y ha hecho para sí misma una prisión de su propia miserable actitud.

En vez de lamentarnos de nuestras propias situaciones, Jesús nos dice: «Bienaventurados sois cuando por Mi causa os vituperen y os persigan . . . gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos» (Mateo 5:11-12).

Pensamiento para hoy:

Cada lector de la Biblia será bien recompensado.

Lectura opcional:

I de Juan 4

Versículo de la semana para aprender de memoria:

II de Timoteo 3:3