Dios es soberano
10 Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
Yo me permito imaginar a Job y a su esposa como un matrimonio ejemplar de una comunidad cristiana, donde todo marcha en orden, un matrimonio que Dios puso a prueba.
Ambos vivieron del favor de Dios y ahora ambos sufrían el mismo dolor producto de las mismas pruebas, Job y su esposa enfrentaron una ardua prueba perdieron: a sus hijos, sus riquezas, en la época donde vivían solía pensarse que tanta angustia procedía de un castigo por el pecado. Sin embargo podemos observar que el mismo Dios es testigo y afirma que Job no peco en medio de semejante circunstancias, no se había quejado había alabado a Dios en medio del dolor.
Cuando Job tuvo sarna su esposa le dijo: “maldice a Dios y muérete de una vez”, en otra versión le dice: “hasta cuando retienes tu integridad, maldice a Dios y muere de una vez” La respuesta de Job fue un regaño y continuación alabo a Dios.
Ahora bien dos personas que vivieron las mismas pruebas y sintieron el mismo dolor sin embargo tuvieron distintas reacciones. La esposa de Job había perdido hasta la noción que para los que estamos en Dios la muerte es descanso, ella vio a la muerte desde la perspectiva del final, prefirió morir amargada antes de salir de la situación airosa y victoriosa.
Job reacciono en forma distinta, no por falsa humildad, sino porque su corazón estaba lleno de las cosas de Dios y comprendía que Dios es Dios más allá de lo que nos de o quite, su esposa sólo veía al Dios que daba pero no comprendía que ese mismo Dios quita y aún más limito a Dios en creer que lo perdido ya perdido esta, no comprendió que Dios retribuye con aumentos lo que se nos quita. Pero hubo algo más importante aún Job nunca perdió de vista que “todo contribuye a un propósito” cuando internalizamos y afianzamos esa promesa en nuestras vidas “que Dios tiene un propósito grande” comprendemos que los problemas grandes en realidad son un proceso para lo venidero. Job en todo su dolor no olvido que Dios es soberano.
En los momentos que vivo una crisis en la que siento el silencio de Dios, en los que no comprendo ¿Por qué? Oró de la siguiente manera: Señor estoy viviendo estos momentos demasiados oscuros, me duele mucho esta situación, veo con mis propios ojos los peligros a mi vida y a mi familia. No comprendo Señor, pero no perderé de vista tu soberanía, ni tu amor por mí.
Te entrego en tus manos no sólo mi vida, sino EL CONTROL, afianza en mi corazón el sentir que estas obrando para mi bien, yo sólo sé que Basta una palabra tuya, en ti esperaré, sé que vienes en mi ayuda. Amén.
No olvides que Job al final de todo ese proceso obtuvo más de lo que perdió, me conmueve que en ninguna parte de la escritura dice que se divorcio, o que su esposa falleció, me permite imaginarme que la misericordia de Dios permitió que compartiera su victoria con la mujer que amaba, ¡así que animo no pierdas la fe, y aunque te sientas débil, El te sostiene!
Autora Nadia Silvina Sandez
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