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El Camino Bíblico - 16 de Diciembre

 

James 1

En la lectura de hoy:

Los creyentes deben de regocijarse en las pruebas; atentos a la Palabra de Dios; la fe que obra; los peligros de la lengua; la vida mundana y el orgullo; el aviso contra las riquezas; el poder de la oración

Algunos de nosotros nos inclinamos a decirles a otras personas lo mucho que estamos sufriendo y sobre nuestras penas con una actitud de «Ay de mí», y aun en desesperación buscamos compasión de aquellos que nos oyen. Algunos de nosotros tenemos también la tendencia de culpar a cualquier otro, aun a Dios, por nuestros problemas. Pero Santiago nos sorprende al escribir: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas (múltiples) pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce (desarrolla) paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales (completos), sin que os falte cosa alguna» (Santiago 1:2-4).

Sin embargo, Santiago también nos recuerda: «Bienaventurado el varón que soporta la tentación (manteniéndose fiel); porque cuando haya resistido (aprobado) la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que Le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie» (1:12-13). Las pruebas de esta vida parecen ser una pérdida de tiempo, pero ellas son de gran beneficio a los que se mantienen educables y fieles. En hecho «para que sometida a prueba vuestra fe, (la encontraréis) mucho más preciosa que el oro» (I de Pedro 1:7).

Todos nosotros necesitamos ser amonestados: «Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros» (Santiago 4:8). Debemos de tener lástima de la persona que piensa que las pruebas y los tiempos difíciles vienen sólo del diablo y, consecuentemente, se siente frustrada y angustiada. Todas las pruebas y ataques de parte de Satanás solamente pueden llegar a nosotros por permiso de Dios y nos deben mover a alabar al Señor, «sabiendo que la prueba de vuestra fe produce (desarrolla) paciencia». Pues, no necesitamos temer lo que pueda pasar.

Nosotros poseemos «toda la armadura de Dios, para que (podamos) estar firmes contra las asechanzas (designios y trampas) del diablo» (Efesios 6:11). Para poder estar firmes contra el diablo durante nuestras pruebas, tenemos que recordar las palabras de exhortación del apóstol Pablo a los creyentes en Éfeso: «Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. . . . (Y) la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios» (6:16-17). Sin embargo, tenemos que: «(Vestirnos) de toda la armadura de Dios. . . . orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu» (6:11,18).

Pensamiento para hoy:

Las cosas pecaminosas manchan nuestras vidas, pero las buenas cosas son el resultado de la oración, la lectura de la Biblia, y la obediencia a la Palabra de Dios.

Versículo de la semana para aprender de memoria: I de Corintios 13:2