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El Camino Bíblico - 4 de Enero

 

Lea Genesis 10

En la lectura de hoy:

Los descendientes de Noé; Babel; el origen de los idiomas; el llamamiento y el pacto de Dios con Abram; su viaje a Canaán y a Egipto

Nimrod es el primer rey mencionado en la Biblia: «Y fue el comienzo de su reino Babel» (Génesis 10:10). El nombre de Nimrod significa «rebelde». «Este fue vigoroso cazador delante de Jehová» (Génesis 10:9). Después leemos: «Cus engendró a Nimrod; éste llegó a ser poderoso en la tierra» (I de Crónicas 1:10).

Con Nimrod como el líder, las personas se unieron: «Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo» (Génesis 11:4). Ellos también dijeron: «hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra». Las palabras «hagámonos un nombre» revela el deseo por el poder y el dominio. El corazón humano busca cómo hacer de sí mis-mo un nombre poderoso o famoso, y no tiene deseo alguno de glorificar a Dios.

El «poderoso» Nimrod estableció y reinó sobre el primer imperio mundial. Su ambición de edificar una torre «cuya cúspide llegue al cielo» no significa que él esperaba llegar al trono del Dios Todopoderoso — su mayor deseo fue de hacer de sí mismo y de sus seguidores tan «poderosos» que pudiesen reinar sobre el mundo entero. Nimrod era un «cazador» — probablemente un «cazador» de hombres que apoyaran sus ambiciones. La frase «delante de Jehová» significa que este hombre rebelde siguió sus propios planes ambiciosos en desobediencia y desafío delante de Dios, quien había mandado a Adán, diciendo: «Fructificad y multiplicaos» (Génesis 1:28); y también a Noé le dijo: «Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra» (Génesis 9:1).

Así como en los días de Nimrod, hoy en día hay un movimiento mundial que quiere unirse para controlar todos los pueblos y todas las religiones del mundo, y así hacer un gobierno y una iglesia mundial. La única seguridad que tenemos para no ser engañados en este mundo desordenado está en conocer bien la Palabra de Dios. Solamente la Biblia da luz a las acciones de los líderes en los asuntos mundiales.

En una comparación sorprendente con Abram, quien simboliza la sumisión a Dios, Nimrod es un símbolo de la persona que busca su propia independencia fuera de la voluntad de Dios. El llamamiento de Dios vino a Abram y le dijo: «Vete de tu tierra . . . a la tierra que te mostraré. . . . Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram . . . » (Génesis 12:1-4).

El llamamiento de Dios demanda que tomemos una decisión. Aun las relaciones más cercanas de lealtad y cariño humano tienen que ser cortadas cuando están en conflicto con nuestra sumisión a Cristo y a lo que está escrito en Su Palabra. «Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí» (Mateo 10:38).

Pensamiento para hoy:

Nada es más importante que el obedecer la Palabra de Dios.

Lectura opcional: Mateo 4

Versículo de la semana para aprender de memoria:

Génesis 1:1