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El Camino Bíblico - 22 de Enero

 

Lea Exodus 14

En la lectura de hoy:

El cruce del Mar Rojo; el cántico de Moisés; las aguas de Mara; las murmuraciones; el maná y las codornices

Librados de la esclavitud de Egipto, los israelitas estaban en camino a la tierra prometida. Habían viajado solamente una corta distancia cuando vieron que los carros del ejército del Faraón venían tras ellos en un esfuerzo desesperado para recuperar a sus esclavos, « . . . los alcanzaron acampados junto al mar . . . por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto?» (Éxodo 14:7-11). Cuando los israelitas «clamaron a Jehová», no fue en fe, pero en temor, en hostilidad, y siendo críticos contra Moisés.

Los israelitas habían visto los milagros en Egipto que les habían dado la libertad; pero aún, ellos decidieron no confiar en Dios y en Su poder para proveer sus necesidades. Aunque Moisés no podía ver cómo el Señor los iba a salvar, él declaró confiadamente: « . . . No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros» (14:13). En una grandiosa exposición de Su poder, « . . . Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón» (14:27-28).

Aunque Dios les suplió su necesidad milagrosamente, sólo tres días después, el Señor guio a los israelitas a Mara, donde ellos « . . . no pudieron beber de las aguas de Mara, porque eran amargas . . . Entonces el pueblo murmuró contra Moisés . . . y Jehová le mostró (a Moisés) un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron» (15:23-25).

La falta de confianza en Dios que los israelitas tenían fue evidente otra vez cuando se les acabó la comida. «Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto . . . pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud. Y Jehová dijo a Moisés: He aquí Yo os haré llover pan del cielo . . . para que Yo lo pruebe si anda en Mi ley, o no. . . . Y la casa de Israel lo llamó Maná . . . y lo recogían cada mañana . . . » (16:2-4,15,21,31).

Jesús declaró que Él mismo es « . . . el Verdadero Pan del cielo. . . . Aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. . . . Yo soy el Pan de Vida» (Juan 6:32-35).

Pensamiento para hoy:

Un corazón lleno de fe en Dios nunca tiene espacio para el temor.

Lectura opcional: Mateo 22

Versículo de la semana para aprender de memoria:

Proverbios 28:9