Timidez usual
“... y con artimañas buscaban cómo arrestar a Jesús para matarlo. ‘Pero no durante la fiesta – decían, no sea que se amotine el pueblo’.”Mateo 26:4-5
Es usual que tratemos de cubrir nuestros errores. Al igual que los sacerdotes en tiempos de Jesús, todos queremos permanecer anónimos cuando hacemos algo mal. El problema es que, por lo general, no lo logramos.
Hace algunos años, dos hombres robaron un banco. Hicieron todo lo que pudieron para pasar desapercibidos pero, cuando entraron al banco, la policía ya tenía fotos de ellos: es que se habían puesto las máscaras justo antes de entrar al banco, frente a una cámara de seguridad.
Esos ladrones, al igual que toda la humanidad, deberían recordar que no existe una oscuridad tan profunda que logre ocultar nuestros pecados del Señor. Por más que podamos esconder nuestros errores de nuestros amigos, compañeros de trabajo, y familiares, somos incapaces de escapar de los ojos de Dios, que todo lo ven.
Jesús, movido por su amor inusual, vino a este mundo como la luz. Su presencia nos mostró lo condenable que son nuestros pecados. Al mismo tiempo, su sufrimiento y muerte los borraron. Gracias a él, quienes estábamos condenados a vivir en la oscuridad, por gracia ahora somos libres, por medio de la fe.
ORACIÓN: Querido Señor, tú siempre sabes lo que hago. Gracias por perdonarme todos mis pecados a través de Jesús. En su nombre. Amén.
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