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El Camino Bíblico - 19 de Marzo

 

Joshua 17

En la lectura de hoy:

La repartición de la tierra a todas las tribus; la tribu de Manasés no arrojaron a los cananeos de su tierra; el tabernáculo en Silo; la herencia de Josué

La conquista de Canaán fue concluida y la tierra repartida, no por el voto de la mayoría, pero por el Señor. Cuando « . . . (toda) la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida. . . . Y Josué les echó suertes delante de Jehová en Silo; y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones» (Josué 18:1,10).

Aunque ellos habían recibido el mejor territorio de la tierra prometida, las tribus de Manasés y Efraín se quejaron diciendo que más territorio se les debían de dar a ellos por su gran número de personas y (según ellos) tenían la más prominente posición entre las tribus (17:14-18). Los de la tribu de Efraín estaban orgullosos de su historia como los descendientes de José, y que Josué, el gobernador victorioso que les había guiado a la conquista de Canaán, era también de su tribu.

Tristemente, estas dos tribus escogieron el camino más fácil del compromiso con los cananeos. Las bendiciones de Dios a veces depende en nuestra fe; «¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?» (Santiago 2:20). Es de sabios negar ayuda a los que no quieren ayudarse a sí mismos.

Cuando tenemos nuestras prioridades bien concentradas en el Señor, no necesitamos temer la pérdida de cualquier cosa. En hecho, gozosamente nos movemos a recibir menos que otras personas, si eso nos lleva a mantener la paz entre nosotros. Los verdaderos hombres de Dios no esperan para que otras personas les sirvan o les alaben.

En sorprendente contraste a las tribus de Manasés y Efraín, Josué escogió ser el último en reclamar un territorio para sí mismo (Josué 19:49). Como capitán de todo el ejército, se esperaba que él fuese el primero en escoger lo mejor de la tierra para su familia. Al contrario, él fue el último en escoger. El territorio que Josué escogió fue un área muy pequeña en Silo, donde se había edificado el tabernáculo y donde él mejor podía adorar y servir al Señor. Fue allí, en la proximidad de la presencia del Señor, que Josué edificó su pequeña ciudad. Josué ilustra la importancia de siempre estar « . . . fervientes en espíritu, sirviendo al Señor . . . Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. . . . Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará» (Romanos 12:11; Santiago 4:7,10).

Pensamiento para hoy:

La mansedumbre no quiere decir debilidad.

Lectura opcional: Juan 10

Versículo de la semana para aprender de memoria: Filipenses 2:15