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El Camino Bíblico - 7 de Abril

 1 Samuel 19

En la lectura de hoy:

Saúl trata de matar a David, el pacto de Jonatán con David; David huye y mora en Nob; David huye y mora en Gat de los filisteos

David llegó a ser un héroe nacional, pero, al paso del tiempo, el rey Saúl se puso celoso de su popularidad. «Habló Saúl a Jonatán su hijo, y a todos sus siervos, para que matasen a David; pero Jonatán hijo de Saúl amaba a David en gran manera, y dio aviso a David, diciendo: Saúl mi padre procura matarte; por tanto cuídate hasta la mañana, y estate en lugar oculto y escóndete» (I de Samuel 19:1-2).

Antes de esto, Saúl había hecho todo lo posible para hacer caer a David en manos de los filisteos, esperando que le mataran (18:25). «Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David . . . pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?» (19:4-5).

Saúl se había vuelto muy violento, con un temperamento sin control. Él consideraba cualquier oposición una traición. Jonatán mostró un gran conocimiento espiritual y valentía, cuando él confrontó a su padre el rey en defensa de David. El riesgo fue verdadero, pues en un ataque de furia, Saúl denunció a su propio hijo, y en otra ocasión aun lo trató de matar (20:33).

Jonatán podía haber evitado todos estos problemas en su vida si hubiese decidido no defender a David. Cuando se defiende a una persona inocente de las calumnias o de algún daño, cueste lo que cueste, esto es serle fiel a los principios bíblicos y hacer lo que es justo moralmente.

Nosotros también podemos encontrarnos en situaciones cuando vemos que otras personas que conocemos han sido amenazadas, acusadas, malditas, intimidadas, o abusadas por sus desventajas. Entonces tenemos que enfrentarnos a la decisión de involucrarnos o no. No podemos ser cómplices con los malvados, pues entonces no podemos callar, tenemos que actuar tal y como lo hizo Jonatán. Hay una relación directa entre lo que verdaderamente creemos y cómo actuamos. El apóstol Santiago nos ruega a todos los creyentes a ser « . . . hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos» (Santiago 1:22).

Jesucristo nos manda: « . . . Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos . . . » (Mateo 5:44-45).

Pensamiento para hoy:

La Biblia no fue meramente dada para informarnos, pero para transformarnos.

Lectura opcional: Hechos 8

Versículo de la semana para aprender de memoria: Efesios 3:20