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El Camino Bíblico - 12 de Abril


2 Samuel 3

En la lectura de hoy:

Abner abandona a Is-boset y se une a David; Joab mata a Abner; Is-boset es asesinado; David es rey de todo Israel; la ciudad (Jebus) Jerusalén es tomada

Siguiendo la muerte de Saúl, Abner, el poderoso comandante del ejército de Saúl, proclamó a Is-boset, el hijo de Saúl, como rey de Israel. Entonces, de esa manera, Abner pudo controlar a este títere-rey y a su reino.

Después de siete años, Abner y Is-boset tuvieron una gran disputa (II de Samuel 3:6-11). «Entonces envió Abner mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le dijesen: Haz pacto conmigo, y he aquí que mi mano estará contigo para volver a ti todo Israel» (3:12-16). Abner llamó a los ancianos de Israel y les dijo: «Ahora, pues, hacedlo; porque Jehová ha hablado a David, diciendo: Por la mano de Mi siervo David libraré a Mi pueblo Israel de mano de los filisteos, y de mano de todos sus enemigos» (3:18). Un corto tiempo después Abner se encuentra con el rey David, y Joab, el comandante del ejército de David, lo mata. Después de esto, Is-boset fue asesinado por dos de sus propios capitanes.

«Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón . . . y ungieron a David por rey sobre Israel» (5:3). El tiempo había llegado para que David moviera la capital de su reino de Hebrón a una localidad más céntrica donde los jebuseos tenían una fortaleza en el centro de la tierra prometida. «Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén . . . Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David» (5:6-7).

Nunca iban a poder establecer un templo para que Dios morara en el lugar que Él había escogido, hasta que los jebuseos, quienes tenían la posición central en la tierra prometida, fuesen echados de la tierra. Esta «fortaleza de Sion» es simbólico de la fortaleza que está muy profunda en nuestras mentes, y que nadie la puede ver, ni por nuestra conducta ni por nuestra conversación. Esto muestra los pensamientos secretos que no dejan que Cristo sea el Señor de nuestras vidas. A veces estas fortalezas secretas no están en conflicto con el tiempo, los talentos, o nuestros diezmos que le damos al Señor. La «mente carnal» (Colosenses 2:18), con sus impulsos físicos sutilmente demanda tener control de nuestros corazones. Mientras que leemos la Palabra de Dios diariamente, es que estaremos « . . . llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual» (Colosenses 1:9).

Pensamiento para hoy:

La consagración a Dios trae recompensas eternas.

Lectura opcional: Hechos 13

Versículo de la semana para aprender de memoria: Juan 11:25