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El Camino Bíblico - 2 de Julio


Psalms 40

En la lectura de hoy:

La alabanza por la respuesta a la oración; los enemigos de David y su deseo de estar en la presencia de Dios; la oración para ser librado de sus problemas

Fue predicho por el salmista que Jesucristo, nuestro admirable Señor de señores y Rey de reyes: «Cabalga (reina victorioso) sobre Palabra de verdad, de humildad y de justicia, y Tu diestra Te enseñará cosas terribles. . . . Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de Tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, Te ungió Dios, el Dios Tuyo, con óleo de alegría más que a Tus compañeros» (Salmo 45:4,6-7). Por la mayor parte, los reyes son conocidos por su tiranía; pero el eterno Rey de reyes tiene los rasgos perfectos del carácter de la verdad, de la imparcialidad, de la humildad, y de la justicia. Aquí encontramos un recordatorio de las Palabras de Jesucristo dirigidas a Sus discípulos después de la resurrección: «Estas son las Palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos» (Lucas 24:44).

El apóstol Pablo citó el Salmo 45 escribiendo de Jesucristo: «Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de Tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual Te ungió Dios, el Dios Tuyo, con óleo de alegría más que a Tus compañeros» (Hebreos 1:8-9; ver Salmo 45:6-7). El amor por la justicia y el aborrecimiento del desorden y de la desobediencia son atributos de Cristo. Cada persona que ha aceptado a Jesucristo como su Señor y su Salvador ha llegado a ser parte de la novia de Cristo, el Rey de reyes. «Y deseará el Rey tu hermosura; E inclínate a Él (en reverencia), porque Él es tu Señor» (45:11). A Él le tenemos que dar nuestra alianza indivisa. Por eso el Señor nos ha asegurado Su amoroso cuidado sobre nuestras vidas.

En el medio de las pruebas y las circunstancias indecisas, ningún creyente necesita temer los resultados de ellas. El reino del Señor es «cetro de equidad» (y de rectitud); por eso no hay nada que debemos de temer. Pues nuestro Padre nos ha enseñado a orar: «Padre nuestro . . . (la relación más cercana entre la familia). El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» (todo lo que necesitamos) (Mateo 6:9,11). «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6:34).

Pensamiento para hoy:

¿Por qué preocuparnos? Dios sabe lo que es mejor para nosotros.

Lectura opcional:

I de Tesalonicenses 1

Versículo de la semana para aprender de memoria: Apocalipsis 22:12