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El Camino Bíblico - 13 de Agosto


Isaiah 64

En la lectura de hoy:

Nuestras justicias son como trapo de inmundicia; la oración por la presencia de Dios; las rebeliones son castigadas

Casi todo el reino del norte de Israel había sido derrotado y casi todos llevados cautivos por los asirios durante el reino del malvado rey Peka (Isaías 7:1; II de Reyes 15:27-29). Antes de llegar al trono y habiendo sido testigo de esa destrucción del reino del norte, el piadoso rey Ezequías sin duda fue grandemente animado por el profeta Isaías.

Tristemente, después de la muerte de Ezequías, su hijo Manasés llegó a ser uno de los más malvados reyes en la historia de Judá. Durante ese tiempo la fe de Isaías se mantuvo inmovible.

El apóstol Pablo citó del libro de Isaías (64:4), para animar a la iglesia de los corintios: «Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman» (I de Corintios 2:9). Pero los israelitas no amaban al Señor. Isaías con mucho dolor confesó: «Nadie hay que invoque Tu nombre, que se despierte para apoyarse en Ti; por lo cual escondiste de nosotros Tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades» (Isaías 64:7). La Palabra de Dios, tal y como la proclamó Isaías, había sido ignorada y ahora Dios les había hablado estas tristes Palabras por medio de Isaías: «Extendí Mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos» (65:2). El Señor continúa, diciendo: «también Yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de Mis ojos, y escogieron lo que Me desagrada» (66:4). A cualquier tiempo, y en cualquier lugar, todos podemos clamar a nuestro amoroso Dios. Mientras que tenemos el tiempo aquí en la tierra para invocar Su nombre, todos nosotros debemos de consagrarnos para hacer de Su voluntad la mayor prioridad de nuestras vidas.

A la pequeña minoría que se mantuvo fiel, y a todos nosotros hoy en día, Isaías dijo: «Oíd Palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a Su Palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de Mi nombre . . . ellos serán confundidos. . . . Porque así dice Jehová: He aquí que Yo extiendo sobre ella paz como un río . . . » (Isaías 66:5,12).

Pensamiento para hoy:

El pecado rompe nuestro compañerismo con el Señor y no nos deja recibir Su verdadera paz y sabiduría.

Lectura opcional:

I de Pedro 3

Versículo de la semana para aprender de memoria: Isaías 55:11