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El Camino Bíblico - 18 de Agosto


Jeremiah 19

En la lectura de hoy:

Jeremías es encarcelado; Pasur lo azota; el dolor de Jeremías; la destrucción de Jerusalén es predicha; el camino de la vida o de la muerte

Durante los últimos días del reino de Judá, Jeremías, con gran denuedo, se enfrentó al sacerdote que presidía como príncipe del pueblo y le dijo: «Porque así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia . . . y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás . . . » (Jeremías 20:4,6). Jeremías fielmente profetizó el mensaje de Dios, quien había dicho: «Y a causa de toda su maldad, proferiré Mis juicios contra los que Me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron» (1:16).

Pronto el pueblo de Judá supo de la derrota de Asiria y después la de Egipto. Con la victoria de Nabucodonosor en la batalla de Carquemis, Babilonia llegó a ser el nuevo poder que dominó al mundo. Esto llegó a confirmar lo que Isaías había predicho casi 100 años antes (Isaías 39:6-7).

Aun después de estar bien informados de los resultados de rechazar la Palabra de Dios, los líderes religiosos no sólo no quisieron arrepentirse, pero empezaron una campaña para desacreditar a Jeremías delante del rey y delante de toda la nación. Jeremías se vio solo en la prisión, y por un momento pasajero se vio desanimado y dijo: « . . . No me acordaré más de Él, ni hablaré más en Su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude» (Jeremías 20:9).

Jeremías probablemente pensó que él había fracasado en comunicarle al pueblo de Dios la importancia de obedecer la Palabra de Dios. Casi todos los líderes espirituales han pasado por tiempos cuando se han sentido que ellos también habían fracasado en cumplir las responsabilidades que Dios les ha dado. Pero, aquí vemos que mucho más de lo que Jeremías esperaba ha pasado, pues este libro ha sido una inspiración a millones de creyentes por todo el mundo.

Ninguna persona que haya dedicado su vida a la enseñanza de la Palabra de Dios y haya vivido según Sus enseñanzas es un fracaso en los ojos del Señor. Jesucristo nos prometió: «De cierto, de cierto os digo: El que oye Mi Palabra, y cree al que Me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida» (Juan 5:24).

Pensamiento para hoy:

Vamos a orar tal y como Jesús oró: « . . . Padre, si quieres, pasa de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya» (Lucas 22:42).

Lectura opcional:

I de Juan 1

Versículo de la semana para aprender de memoria: Salmos 18:2