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El Camino Bíblico - 27 de Septiembre


Zephaniah 1

En la lectura de hoy:

El juicio del Señor; la destrucción futura de las naciones gentiles; el pueblo es estimulado a reconstruir el templo; los infieles son reprobados

Los israelitas que habían vuelto de Persia con Zorobabel empezaron a reconstruir el templo en Jerusalén con un gran entusiasmo. Pero, había una gran oposición de sus enemigos los samaritanos. Ellos también empezaron a construir sus casas y al mismo tiempo estaban trabajando muchas horas en el campo, lo que también contribuyó a no poner las cosas de Dios en primer lugar en sus vidas. Sin duda, habían muchas «excusas legítimas» que fueron presentadas por las cuales la construcción del templo se suspendió.

Mientras que el pueblo construía sus casas y establecía sus negocios, parecía estar sin esperanza de tener tiempo para construir el templo. Zorobabel seguro estaba desanimado al pensar todo lo que faltaba por hacer, los pocos trabajadores que habían, y qué amenazadora era su oposición. Mientras que los israelitas seguían esperando por mejores días, unos 14 años pasaron y nada más fue realizado para el Señor.

Entonces Dios empezó a mover al profeta Hageo a proclamar: «(La) Palabra de Jehová». Después de dos meses, Zacarías también empezó a proclamar «(La) Palabra de Jehová» (Esdras 5:1; Hageo 1:3-11; Zacarías 1:1).

Hageo primeramente anunció: «Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún . . . el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. Entonces vino Palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo . . . de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa (del Señor) está desierta? . . . Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco . . . » (Hageo 1:2-6).

Al oír «(La) Palabra de Jehová», el pueblo renovó su interés en reedificar el templo, el único lugar designado por Dios para que Su pueblo le adorara. Esta vez ellos ignoraron las amenazas de sus enemigos «y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban» (Esdras 6:14); y terminaron el templo en cuatro años y medio.

Sin «(La) Palabra de Jehová» como el estandarte, nosotros también nos caemos subsecuentemente en el engaño. Cuando nos mantenemos en la Palabra de Dios es que renovamos nuestro amor por Su Palabra y al mismo tiempo nos imparte la fuerza espiritual necesaria para poner a Dios primero en nuestras vidas.

Jesús dijo: «No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. . . . Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he dicho» (Juan 14:18,26).

Pensamiento para hoy:

Hoy en día, vamos a hablarle a alguien sobre el Señor.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Santiago 1:12