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El Camino Bíblico - 2 de Octubre


Lea Matthew 5

En la lectura de hoy:

Las tentaciones por medio de Satanás; las bienaventuranzas; el Sermón del Monte; los creyentes comparados a la sal y a la luz; los apóstoles son llamados Jesús habla sobre la ley, el divorcio, los juramentos, el diezmo, y el ayuno

Después de Su bautismo en el río Jordán, «Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo» (Mateo 4:1). Primeramente, el diablo le sugirió un camino fácil, para gratificarse a Sí mismo, en el cual Jesús podía satisfacer Su hambre (clamando al deseo de la carne). Pero Jesús, sabiendo que la obediencia a la Palabra tiene que ser la base para todas las decisiones, citó las Escrituras, diciendo: «Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios» (4:4; Deuteronomio 8:3). Las palabras «ser tentado» se usan también como «examinar o probar». Tales pruebas son partes necesarias de nuestras vidas, pues ellas revelan nuestro carácter verdadero. «Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a Él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan» (Mateo 4:2-3). Las habilidades que Dios nos ha otorgado deben ser usadas para Su gloria y Su honor.

La segunda tentación de Satanás: «le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo» (4:5). Satanás sugirió que Jesús saltase hacia el lugar donde estaba el pueblo congregado y se presentara a Sí mismo como el Mesías sobrehumano (clamando al orgullo de la vida). Satanás citó las Escrituras para respaldar esta tentación, diciéndole: «Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A Sus ángeles mandará acerca de Ti, y, en sus manos Te sostendrán, para que no tropieces con Tu pie en piedra» (4:6; Salmo 91:11-12). El diablo frecuentemente se presenta muy religioso al citar las Escrituras, pero sólo cita la porción que le conviene a su plan. Jesús entonces le dijo: «Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios» (Mateo 4:7).

En su última tentación para seducir a Jesús a pecar: «Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares» (4:8-9). El diablo otra vez sugirió otro camino fácil por el cual Jesús podía evitar el dolor y el sufrimiento de la cruz y aún poder gobernar «todos los reinos del mundo». Aun un fracaso solo hubiese hecho de Jesús un pecador. Cuando nosotros permitimos un fracaso, casi siempre nos lleva a otro, etcétera. Jesús le contestó: «Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás» (Mateo 4:8-10).

Pensamiento para hoy:

Los pobres en espíritu son ricos en las bendiciones espirituales de Dios. dispuestos a darle al Señor nuestro tiempo y nuestros diezmos.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Santiago 1:17