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El Camino Bíblico - 23 de Enero


Read Exodus 17

En la lectura de hoy:

La sed causa al pueblo murmurar contra Moisés; el agua de la roca; Amalec es vencido; el consejo de Jetro; Dios habla desde el monte de Sinaí

Mientras seguían su viaje hacia la tierra prometida, los israelitas se enfrentaron a otra prueba sobre su dependencia en Dios. «Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto . . . conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. . . . Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed . . . ? Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?» (Éxodo 17:1,3,7). El Señor sabía que no había agua en aquel lugar, pero sin embargo, Él fue quien dirigió a los israelitas a ese mismo lugar.

El viaje por el desierto manifestó que los israelitas se habían negado a confiar en el Señor. Por eso Dios nos advierte: «No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde Me tentaron vuestros padres; Me probaron, y vieron Mis obras cuarenta años. A causa de lo cual Me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando en su corazón . . . » (Hebreos 3:8-10).

El rescate de Israel de la esclavitud y el viaje en el desierto es simbólico del peregrinaje en la vida del creyente. De sus experiencias, podemos aprender cómo confiar en Dios aun cuando los recursos que anticipamos tener no están disponibles. Tal y como los israelitas culparon a Moisés, así también nosotros caemos en la tentación de culpar a otros. La frustración en el trabajo, la tensión emocional, el descontentamiento, el encontrar error con nuestras situaciones incómodas, el odio, el celo, momentos de ira — todos estos son evidencias de una vida autocéntrica que siempre busca su propio bienestar. Aun más serio, es una expresión de desconfianza en la sabiduría, competencia y bondad de Dios.

La fe del creyente no está basada en circunstancias favorables, pero en nuestro Creador Omnisciente. El secreto para obtener la paz en nuestras mentes y vencer todos los problemas de la vida está en confiar en la Palabra de Dios. El creyente es amonestado a expresar su fe cuando « . . . tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo» (I de Pedro 1:6-7).

Pensamiento para hoy: El quejarse manifiesta la falta de fe.

Lectura opcional: Mateo 23

Versículo de la semana para aprender de memoria: Salmos 100:4