Aventuras en la Historia Sagrada - La Semana del 7 de Febrero

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2023 Feb 06

Dios Sabe...Cuando Me Pregunto Si Puedo Cambiar - Parte 2

Un creyente de nombre Ananías vivía en Damasco. Un día, Dios le dio algunas instrucciones que causaban temor. "Levántate y ve a la calle llamada Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Tarso; porque he aquí, él esta orando." "El Señor se ha de haber equivocado," pensó Ananías, "Señor, he oído de mucho acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre." Pero el Señor no se equivoca. "Ve," le dijo, "porque instrumento escogido me es éste para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel."

Ananías obedeció. Sus primeras palabras cuando encontró a Saulo fueron "Hermano Saulo." ¡Qué ejemplo de amor Cristiano al saludar al hombre que había venido de Jerusalén para matarlo! "El Señor Jesús ...me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo," dijo Ananías, poniendo sus manos sobre la cabeza de Saulo. Inmediatamente, Saulo pudo ver de nuevo.

En seguida, Saulo se convirtió en un creyente bautizado, ¡predicando en Damasco! Y estaba tan enérgicamente de lado de Cristo como cuando peleaba contra Él. Los que lo escuchaban estaban asombrados de escucharlo explicar cómo las profecías del Antiguo Testamento se habían hecho realidad en la vida de Jesús.

Escape
Los antiguos amigos de Saulo que se oponían a Cristo, decidieron matarlo. Una noche oscura, los discípulos llevaron a Saulo a una de las casas de la muralla. Allí Saulo se metió en una gran canasta con una cuerda amarrada a ella. Suavemente lo bajaron por la ventana hasta el suelo.

¿A dónde se dirigió Saulo después de escapar? Justo a donde se encontraba la acción - Jerusalén. Trató de contactar a los discípulos. Pero ellos le sacaban la vuelta pensando que la conversión de Pablo era una trampa bien planeada. Finalmente, un hombre llamado Bernabé habló a favor de Saulo y les contó de su intrépida predicación en Damasco dicha en el nombre de Jesús. Bernabé no tomó el pasado de Saulo en su contra.

Saulo visitó a sus antiguos amigos para compartir la verdad acerca de Jesús. Pensó que ellos eran tan sinceros como él y que aceptarían la verdad. Pero tristemente, estaba equivocado. Trataron de matarlo. Saulo estaba dispuesto a permanecer en Jerusalén arriesgando su vida, si podía ayudar a convencer a alguien acerca de la verdad. Pero Dios le dijo, "Date prisa y sal de Jerusalén, porque no recibirán tu testimonio acerca de Mí."

Así que los discípulos pusieron a Saulo en un barco y lo enviaron a Tarso. De nuevo en su hogar de nacimiento, tendría la oportunidad de contar a sus familiares y amigos que ahora era un hombre nuevo y que Jesucristo era quien lo había cambiado.

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