Aventuras en la Historia Sagrada - La Semana del 21 de Noviembre

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2022 Nov 21

Dios Sabe...Cuando Yo Quiero Avanzar - Parte 1
¿Cómo podemos avanzar en la vida? Bien, ¿cómo avanza un auto en una carrera de autos? Primero que nada, necesita poder. Eso es exactamente los que los seguidores de Jesús necesitaban para esparcir las buenas nuevas del amor de Jesús con todo el mundo.

Una de las últimas cosas que Jesús dijo a sus seguidores antes de regresar al cielo fue que se quedaran en Jerusalén hasta que recibieran poder de lo alto. Él prometió que el Espíritu Santo vendría a darles poder para ser testigos de Cristo.

Llega el Poder
Unos 50 días después de la Pascua, era tiempo del Pentecostés (que significa "quincuagésimo"). Llegaron multitudes de todas partes del mundo a Jerusalén para celebrar. Dentro de poco, todos serían testigos del poder supremo de Dios

Un día, mientras 120 de los seguidores de Jesús se reunían para orar y hablar, escucharon el sonido de un viento fuerte. Como llamas de fuego, vino el Espíritu Santo a cada uno. El Espíritu Santo les dio a los discípulos una habilidad extraordinaria con los idiomas para que todos los visitantes de varios países pudieran escuchar la maravillosa historia de Jesús, ¡en su propio lenguaje! Cuando esta noticia se esparció, una multitud se reunió alrededor de los discípulos. "¿No son Galileos estos que hablan?" preguntaron ellos. "¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?"

Con poder y claridad, Pedro habló acerca de la muerte y resurrección de Jesús. Él enseñó que la muerte de Jesús no había sido un accidente. Era parte del plan de Dios. Pedro habló sobre David, uno los más grandes héroes de la gente. David había predicho que Cristo resucitaría de los muertos.

"Sepa pues, ciertamente toda la casa de Israel que a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo," declaró Pedro.

La gente estaba profundamente conmovida por el mensaje de Pedro. Ellos preguntaron, "Varones hermanos, "¿qué haremos?" Pedro tenía una respuesta poderosa para ellos. "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo."

El Espíritu Santo convenció a cientos de oidores que Jesús de Nazaret es el Salvador y Mesías. Ellos estuvieron dispuestos al arrepentimiento. "¡Así que, los que con gozo recibieron su palabra [de Pedro] fueron bautizados y se añadieron aquel día como tres mil personas!" Día tras día se unían al grupo otros más que se convertirían en Cristianos - seguidores de Cristo.

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