MI SALVADOR, ¿UN GUSANO?
"Pero yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo."
Salmos 22:6 (La Biblia de las Américas)
Devoción:
Unos de mis libros favoritos es Calvary Road (El Camino del Calvario) escrito por Roy Hession. . En estos últimos días me ha venido a la mente uno de los pasajes de este libro que leo con mayor frecuencia. Probablemente debido al estado actual de mi corazón.
Este es el contexto: En este momento estoy pasando por un momento difícil. Mis emociones están al rojo vivo. Mis respuestas son ásperas. Se me está poniendo a prueba la paciencia. Estoy cansada. Las relaciones que deberían darme consuelo, me acarrean crítica y conflicto. Mi carne quiere declarar mi inocencia y mantener el derecho que tengo a sentirme molesta. Mi voluntad protesta la convicción del Espíritu Santo. No voy a dar el brazo a torcer "yo, el orgulloso y testarudo," como diría Hession.
En el libro Calvary Road, el autor escribe mucho acerca del espíritu quebrantado. En el pasaje que con frecuencia repaso, me dice que tenga en cuenta a Cristo:
"Por esta razón es poco probable que logremos un espíritu quebrantado a menos que recurramos a la cruz de Jesús. La voluntad de Jesús de llegar al quebranto por nosotros es el motivo que nos compele a quebrantarnos. Vemos que Él está dispuesto a renunciar a todo derecho propio, a permitir que el hombre le injurie sin devolvérsela, a permitir que el hombre le pase por encima sin tomar represalias ni defenderse. Y por sobre todas las cosas, lo vemos quebrantado a medida que humildemente se dirige al Calvario para convertirse en el chivo expiatorio del hombre cargando con su pecado en Su propio cuerpo en aquél Madero. En un lamentable pasaje y profético salmo, Él dice, 'soy gusano, y no hombre' (Salmo 22:6).
Aquellos que han estado en tierras tropicales nos cuentan que existe una importante diferencia entre la víbora y el gusano cuando uno intenta atacarlos. La víbora retrocede y silba e intenta atacar de vuelta--un verdadero auto ejemplo. Pero un gusano no se resiste, le permite a uno hacer lo que quiera con él, patearlo o pisotearlo con el tacón del zapato--el ejemplo del verdadero quebrantamiento. Y Jesús por voluntad propia estuvo dispuesto a transformarse precisamente en eso por nosotros--un gusano y no un hombre."
Este pasaje no me agrada. Prefiero pensar en Jesús como un hombre valiente, poderoso y fuerte, incluso en la muerte. En mi dificultad de imaginarme a mi glorioso Rey como un gusano, discutí con Dios acerca de la precisión de dicha representación de Jesús. Protesté. Seguramente Hession se había sobrepasado y no había equilibrado el mensaje superior de la Palabra que le asigna a Jesús la gloria, el honor y el poder que le pertenecen a su Nombre.
En pleno acto de defensa de mi Salvador, El Resucitado interrumpió mis pensamientos y preguntó a mi corazón: ¿Qué estás defendiendo mi carácter o tu arrogancia? Mi querida hija, con implacable ardor te declaras contra la idea de que Yo sea como un gusano desinteresado mientras te apoyas en Mi provisión de ser un cordero sin mancha ni defecto. ¿Es porque detestas la idea de que te pida que tú seas desinteresada y quebrantada tal como lo fui yo?
Era cierto. No detesto la idea de que se compare a Jesús con un gusano; lo que detesto es la convicción de que yo deba someterme de igual modo. Este diálogo con el Señor tuvo lugar hace casi ya nueve años durante mi primera lectura del libro Calvary Road (El Camino del Calvario). Hoy el Espíritu me lo recordó una vez más. Por lo tanto, si me disculpan, tengo que ir a rescatar mi copia del mismo y caminar por el sendero del quebrantamiento. Es hora de que "yo, la orgullosa y testaruda." dé el brazo a torcer.
Padre, perdóname por suplicar por mis derechos e inocencia. No tengo derechos, y definitivamente no soy inocente. Muéstrame como guardar silencio con mi boca y ablandar a mi corazón. En nombre de Jesús, Amén.
Aplicación:
Piensa acerca de las relaciones difíciles de tu vida. ¿Crees que tu orgullo está dificultando aún más estas relaciones?
Recursos sugeridos:
Puntos para reflexionar:
Piensa en una persona en tu vida a la que le vendría bien que tú no la atacaras de vuelta. Comprométete a ayudar a esa persona hoy.
Piensa acerca de las relaciones difíciles de tu vida. ¿Crees que tu orgullo está dificultando aún más estas relaciones?
¿Cómo sería la reacción de un gusano hacia aquellos que te enfurecen?
Versículos para recordar:
Santiago 4:6-7, "Pero Él da mayor gracia. Por eso dice, 'Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes. 'Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros." (La Biblia de las Américas)
© 2009 por Whitney Capps.
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