Crosswalk.com

Encuentro con Jesús - 28 de Abril, 2010

Abril 28, 2010

1 Samuel 17.20-40 

David encontró interesante la tremenda recompensa del rey Saúl por la derrota de Goliat; de hecho, pidió que le fuera repetida dos veces (vv. 26, 30). ¡El dinero, la libertad y una chica bonita habrían captado la atención de cualquier adolescente! Sin embargo, aunque David era joven, no era irreflexivo. La recompensa era excelente, pero no era la motivación del joven pastor.

La razón de David para enfrentar a Goliat era servir al Señor. El muchacho expresó abiertamente su desprecio por el gigante. "Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? (1 S 17.26).

Desafiar a la nación escogida, Israel, era lo mismo que retar a Dios. David estaba preparado para defender el nombre santo de Jehová y su pueblo, aun en contra de este temible guerrero. Una motivación santa y correcta le da a la persona confianza para obedecer a Dios, incluso si hacer eso desafía la prudencia humana.

Es posible que los creyentes busquen la victoria sobre los Goliat de su vida por motivos equivocados y egoístas. "Señor, estoy cansado de estar en este lío", o "Señor, no puedo escapar, así que tendrás que eliminar este problema". Algunas personas tratan de negociar su salida de los aprietos, diciendo: "Si tuviera más dinero, entonces daría más a la iglesia". Esas promesas rara vez se cumplen.

La motivación correcta para enfrentar un problema es el deseo de obedecer, servir y honrar a Dios, pase lo que pase. Los Goliat de la vida no sólo ponen a prueba nuestra comodidad o bienestar; estos retos pueden dificultar nuestro andar obediente con el Señor. Él dará la victoria a quienes se mantienen firmes en su nombre. La motivación correcta para enfrentar un problema es el deseo de obedecer, servir y honrar a Dios, pase lo que pase.

www.encontacto.org  - www.encontacto.org/meditaciondiaria  -  www.encontacto.org/archivodevocional