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Encuentro con Jesús - 2 de Julio, 2010

Julio 2, 2010

1 Timoteo 2.1-8 

Después de evidenciar la condición de nuestras naciones, reconocemos fácilmente la necesidad de cambio.

Sin embargo, la solución de Dios para nuestra situación es diferente. el apóstol Pablo le dice a timoteo que fije algunas prioridades en la iglesia, y encabezando la lista está la oración "por los reyes y todos los que están en eminencia" (v. 2).

Para que de esa manera podamos vivir tranquila y piadosamente, y tener así la oportunidad de hablar sin estorbos a otros acerca del Salvador (vv. 2-4).Pablo nunca habría mandado esto a timoteo si no hubiera creído que las oraciones de la iglesia marcaban una diferencia para llevar a cabo los propósitos de dios para su nación. nuestro problema no es con las promesas ni con el poder del Señor, sino con nuestra falta de fe. al centrarnos en la inmensidad de los problemas, o en el poder de quienes ejercen los cargos, perdemos de vista a nuestro dios soberano que espera que pidamos su intervención.Las políticas y las leyes no se definen a fin de cuentas en salas de conferencias y oficinas de gobiernos, sino privadamente en oración. Las voces que moldean la dirección de una nación no son necesariamente las que resuenan en los pasillos de las cámaras legislativas, sino de quienes se acercan al trono de la gracia con fe osada (he 4.16).

Si la iglesia cree y ora, el Señor responderá.el saber que dios puede cambiar a un país podría llevarle a usted a preguntarse por qué ha esperado Él tanto tiempo. Quizás Él le está haciendo a usted la misma pregunta: "¿Por qué has esperado tanto tiempo para orar?" toda autoridad en la tierra puede ser tocada por el poder de la oración, si estamos dispuestos a pedirle y a creerle a Dios. Si la iglesia cree y ora, el Señor responderá.el saber que dios puede cambiar a un país podría llevarle a usted a preguntarse por qué ha esperado Él tanto tiempo.

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