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Encuentro con Jesús - 10-11 de Julio, 2010

Julio 11, 2010

Juan 1.29 -34 

Cuando Juan el Bautista vio que Jesús se acercaba, dijo que Cristo era el Cordero de dios (Jn 1. 29). Los israelitas estaban familiarizados con este concepto, ya que su ley exigía ofrendas de sangre como expiación por el pecado (Lv 17.11).

Jesús se convirtió en nuestro cordero inmolado al pagar "una sola vez" por todas la deuda de pecado que tenía la humanidad (1 P 3.18). Su muerte obtuvo el perdón y la vida eterna para toda persona que confía en él como Salvador. En cuanto a la salvación, Dios no pide ni acepta otra cosa.Jesús fue quien arregló las cosas entre el Padre celestial y el hombre.

él murió para darnos:redención. Esta es una palabra que se usaba para referirse a una operación mercantil —alguien compra algo de valor. toda la humanidad se encontraba en la esclavitud del pecado e incapaz de pagar la deuda (ro 6.23). Como nuestro cordero inmolado, Jesús murió voluntariamente en nuestro lugar y nos redimió con su sangre (1 P 1.18, 19).

Perdón. Como hijos adoptados de Dios, hemos sido salvados por la sangre de Cristo (Mt 26.28) y perdonados de modo definitivo por nuestras transgresiones. el castigo por nuestras acciones ha sido pagado totalmente. de esta manera, nuestra culpa por nuestros pecados —pasados, presentes y futuros— es borrada.Medite en lo que el Salvador hizo en el Calvario (ef 1.7).

Como Cordero inmolado, Jesús entregó su vida por nosotros para pagar nuestra deuda. Su muerte nos redimió, logró nuestro perdón y nos dio un lugar permanente en la familia de dios. ¡Gracias, Jesús, por darnos la salvación! Como Cordero inmolado, Jesús entregó su vida por nosotros para pagar nuestra deuda.

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