Septiembre 7, 2010
La vida está llena de dificultades que evidencian la insuficiencia humana. Los problemas físicos nos debilitan; los conflictos acarrean tensiones; las batallas con las adicciones nos hacen sentir derrotados; y las exigencias económicas dañan nuestra autoestima.
A nadie le gusta la frustración y el temor que resultan de enfrentar desafíos que son demasiado grandes de manejar, pero Dios puede usarlos para nuestro bien. Quizás usted nunca ha pensado que el sentimiento de insuficiencia es una bendición. A fin de cuentas, éste despierta todo tipo de emociones incómodas que nos hacen sentir inútiles, débiles e insignificantes. Pero Dios puede convertir todo lo negativo en bendiciones si reconocemos nuestra impotencia, dependemos de su poder, y enfrentamos nuestros problemas confiando en Él.
El sentimiento de insuficiencia puede ser una bendición, pues…
- Nos lleva a dios, al reconocer nuestra impotencia.
- Nos libera de la carga de tratar de hacer la voluntad de Dios con nuestras propias fuerzas.
- Nos motiva a vivir en el poder del Espíritu santo.
- Le da al señor la oportunidad de demostrar lo que Él puede hacer.
- Aumenta nuestra utilidad para Dios al humillar nuestro orgullo.
- Le permite a cristo recibir toda la gloria.
- Da paz al confiar en Él.
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