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Alimento Diario - 13 de Enero

  

Otra oportunidad

Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad. Lucas 4:13

Satanás había hecho su mejor esfuerzo para tratar de disuadir a Jesús de que no realizara su obra de redención. Pero falló, y se fue. Sin embargo, no se fue para siempre, sino que esperó hasta que las circunstancias le dieran una nueva oportunidad para tentar al Salvador. Hasta donde yo sé, las Escrituras no especifican cuándo se presentó esa nueva oportunidad.

¿Habrá sido cuando las multitudes abandonaron a Jesús? ¿Cuando se arrodilló en el jardín de Getsemaní? ¿Cuando fue retado por Pilatos, o cuando quienes se burlaban de él le decían que, si era el Hijo de Dios, se bajara de la cruz? Podría haber sido cualquiera, ninguna, o quizás todas esas oportunidades. No lo sé.

Lo que con certeza sí sé, es que el demonio siempre busca y encuentra oportunidades, aún hoy, para tentarnos. Como evidencia de ello quiero compartirles la historia de un ladrón que robó miles de Euros de algunos pasajeros en un vuelo de Tokio a París. ¿Cómo lo hizo? Simple: esperó el momento oportuno, o sea, hasta que los pasajeros estuvieran dormidos, y entonces saqueó sus pertenencias.

Satanás hace lo mism espera que bajemos la guardia, y ataca.

El diablo esperó por tal oportunidad en la vida de Jesús. Pero en esa espera en particular, falló. Sin tropezar ni una sola vez, nuestro Salvador perfecto cumplió con lo que había venido a hacer, y pagó el precio que nos da el perdón y la salvación eterna.

Pero Satanás no tiene tanta oportunidad de fallar cuando ejerce su influencia sobre el resto de la humanidad. Por eso es que espera pacientemente al momento en que bajamos nuestra guardia para hacernos caer, destruyendo así nuestra confianza en el Salvador.

Esa es la razón por la que necesitamos estar preparados, manteniéndonos siempre cerca de nuestro Salvador sacrificado, y fortaleciéndonos con el Espíritu Santo. A menos que deseemos lo contrario, el Dios Trino nos ayudará, animará, guiará, y protegerá. La protección constante de Dios... eso es lo que necesitamos para que Satanás no logre tentarnos.

ORACIÓN: Señor Jesús, te doy gracias porque no permitiste la tan deseada victoria de Satanás. Acompáñame siempre, Señor, para que no caiga víctima del malvado. En tu nombre te lo pido. Amén.

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