Crosswalk.com

Encuentro con Jesús - 10 de Febrero, 2011

Febrero 10, 2011 ÉXODO 3.1-22 Ayer vimos el fracaso de Moisés al tratar de liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto, pero hoy vemos que le fue dada una segunda oportunidad para hacer las cosas a la manera de Dios. Si podemos aprender las lecciones que aprendió Moisés en cuanto a los peligros de la autoconfianza, y la importancia de depender del Señor, nos ahorraremos muchas dificultades.

Si elegimos cooperar con Dios y someternos a su plan, Él hará cosas grandiosas en y por medio de nosotros. A pesar del fracaso de Moisés, el Señor lo usó para llevar a cabo su plan divino, pero solo después de convertirlo en alguien útil, es decir, de humillarlo y librarlo de su autosuficiencia. Observe la manera en que Dios obró cuando Moisés le obedeció:

  • Le mostró las grandes cosas que podía hacer por medio de una persona rendida y dependiente de Él.
  • Hizo más cosas en menos tiempo, y con menos recursos. No hubo ninguna insurrección, ni una guerra prolongada e interminable; solo un dramático despliegue del poder divino.
  • Demostró su superioridad en cuanto a la manera de hacer las cosas, librando a más de dos millones de personas sin la pérdida de una sola vida hebrea.
  • Los esclavos se marcharon libres y con las riquezas de sus captores (Éx 3.21, 22).
  • Demostró tanto a israelitas como a egipcios que solo Él es Dios de los cielos y de la tierra.
  • Recibió toda la gloria.
Nuestros fracasos nunca son un obstáculo para que Dios quiera o pueda usarnos. De hecho, nuestra debilidad es una gran oportunidad para que Él muestre su gloria. Cuando nos sometemos a la autoridad del Señor, podemos tener su victoria en todo. Nuestros fracasos nunca son un obstáculo para que Dios quiera o pueda usarnos.  

www.encontacto.org  - www.encontacto.org/meditaciondiaria  -  www.encontacto.org/archivodevocional