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Encuentro con Jesús - 11 de Febrero, 2011

Febrero 11, 2011 LUCAS 14.28-30 En Lucas 14, el ejemplo acerca de la construcción de una torre muestra la importancia de planificar y utilizar los recursos sabiamente.

Cualquier plan financiero debe estar cubierto de oración. Primero, pídale a Dios la sabiduría para comprender su enseñanza en cuanto al dinero, y cómo se aplica a su situación. Después, pídale claridad de todos los detalles, incluso en lo referente a cuánto ganar y gastar.

Un último paso es buscar la guía del Señor para evaluar si nuestra manera de gastar está alineada con las prioridades de Él. Al evaluar esto, es útil dividir los gastos en categorías, incluyendo:

  1. Las ofrendas a la iglesia local, los misioneros y otras organizaciones.
  2. Las necesidades básicas: alimentación, vestido y vivienda.
  3. Seguros, plan de jubilación, ahorros.
  4. Deudas, tales como préstamos, y tarjetas de crédito.
  5. Gastos personales en recreación y otros, como teléfonos celulares, Internet, TV por cable, restaurantes, vacaciones, etc.
Algunos de nosotros descubriremos que nuestras finanzas no están de acuerdo con los principios bíblicos, lo que puede ser desalentador. Si es su caso, vuélvase al Señor, confiésele lo que ha sucedido, y ore pidiendo fortaleza para manejar a la manera de Dios los recursos que Él le ha dado.

La disciplina financiera es una destreza que se aprende. Se requiere vivir conforme a las Sagradas Escrituras, un esfuerzo persistente por cambiar los malos hábitos, concentración para desarrollar otros nuevos, y la fe de que podemos aprender a vivir de acuerdo con las prioridades de Dios para nosotros. Somos bendecidos cuando nuestra planificación tiene como base la oración. La disciplina financiera es una destreza que se aprende.  

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