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Encuentro con Jesús - 25 de Febrero, 2011

Febrero 25

Obedecer a Dios

Daniel 1.1-8

La historia de Daniel ilustra algunos elementos clave de la obediencia. Vemos al sabio joven hacer lo que el Señor le mandaba, de la manera y en el momento correctos.

Daniel sabía que la ley de Dios prohibía comer alimentos ofrecidos a los ídolos. Pero él estaba cautivo en Babilonia, una nación que adoraba dioses falsos, y pronto enfrentó una difícil decisión. El rey Nabucodonosor había ordenado que los manjares más selectos fueran enviados a Daniel después de haber sido presentados a los ídolos. ¿Era mejor obedecer al Señor y arriesgarse a la ira del rey, o desobedecer a Dios y agradar al gobernante?

En apariencia, el dilema de Daniel era acerca de una comida que no aceptaba. Pero en realidad se trataba de su lealtad a Dios. Podía haber racionalizado la desobediencia a la orden divina diciéndose a sí mismo que era un súbdito, y que no tenía otra opción. Pero decidió no comer la comida del rey, y buscó la manera de honrar al Señor obedeciendo su ley.

Hoy, muchas cosas que nuestro mundo encuentra aceptables están fuera de los límites protectores de Dios para sus hijos. Algunas no son buenas para nosotros, y otras no lo honran a Él. Nuestro deseo, como cristianos, es obedecer al Señor, pero nuestra carne quiere que nos agrademos a nosotros mismos, y a los demás. Pero negarse a sí mismo y obedecer a Dios, es siempre la decisión correcta.

Para ser como Daniel, debemos aplicar siempre las Sagradas Escrituras a nuestras decisiones. Luego, cuando vengan los problemas, tendremos la valentía de obedecer a Dios. A nuestro Padre celestial le agrada que tengamos un estilo de vida de obediencia como la de Daniel.

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