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Ánimo Para la Mujer - La Semana del 25 de Mayo

RECUERDA
Ana Stine

“Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño”.                                                                                                                 Salmo 77:11, (NVI)

Lectura:

¿Cómo reaccionas cuando los problemas te asaltan?

Mi reacción natural es alarmarme.  Empiezo a pensar en mil y una cosas, una peor que la otra, hasta que el peso de la angustia y la preocupación pareciera llegar a triturarme.  El futuro luce negro y desastroso.  El temor y la depresión empiezan a agobiarme, hasta sentir que ya no puedo más.

Pero allá a lo lejos, escondida en lo más profundo de mi mente, veo una chispita, un rayito de luz que crece más y más conforme corro hacia él.

Esta luz es el reflejo de experiencias pasadas, testimonios de la intervención divina en tiempos de necesidad.

Asaf expresó este mismo sentir en el Salmo 77.  Él había clamado al Señor durante tiempos difíciles, pero sentía como que Dios no le escuchaba y más bien se había olvidado de él.

7 «¿Nos rechazará el Señor para siempre? 
      ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad? 
8 ¿Se habrá agotado su gran amor eterno, 
      y sus promesas por todas las generaciones? 
9 ¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, 
      y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?»

Quizás tú te identificas con Asaf y sientes como que Dios está ausente y ya no escucha tus oraciones.  

Los problemas tienden a hacernos sentir así.

Tal vez tú gozas de una relación íntima con Jesús, y de pronto, como que si de la nada, la dificultad te da una bofetada.  Atónita te preguntas, ¿dónde está Dios? pues sientes como que ya no lo encuentras.  Y en tu angustia te preguntas, ¿y ahora qué debo hacer?

Asaf halló la respuesta:  Recuerda.

11 «Prefiero recordar las hazañas del Señor, 
      traer a la memoria sus milagros de antaño. 
12 Meditaré en todas tus proezas; 
      evocaré tus obras poderosas.»

La otra noche, mientras me dirigía hacia mi estudio bíblico, me puse a pensar en las palabras de Asaf.  Varias de las señoras en mi grupo estaban pasando por tiempos muy difíciles, y yo me sentía abrumada por sus problemas, más un par de los míos.

“¡Ayúdanos, Señor!” clamé mientras manejaba.  Una vez más, en medio de la oscuridad del camino, volví a ver esa chispita maravillosa que prende la llama de la fe.

Y recordé...

Recordé el amor profundo, ancho, alto y eterno de Dios.  Recordé Su misericordia y Su fidelidad para los que lo aman.  Recordé los milagros que he experimentado.  Recordé las palabras del Maestro: “Aquí en el mundo tendrás muchas pruebas y tristezas; pero ánimo, porque yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33, NTV)

Al llegar al hogar en que nos reunimos a estudiar la Biblia, compartí con el grupo mi experiencia.  “Creo que debemos enfocarnos en la bondad del Señor”, les dije.  “Cada una de nosotras tendrá un turno para compartir algo por lo cual estamos agradecidas con Dios.”

Como brisa ligera en un día asoleado, un sentimiento de paz empezó a ondularse entre nosotras.  Poco a poco nuestra angustia se fue transformando en esperanza.  Ninguna de nosotras sabía como ni cuando llegaría la solución, pero todas salimos convencidas de que Dios acudiría a nuestra ayuda.

Amada amiga, quizás tú también estás pasando por tiempos difíciles y te sientes tan sola y desanimada que ya no sabes que más hacer.  Permíteme alentarte con estas palabras:  Dios no se ha olvidado de ti ni de tus circunstancias.  Cuando tú clamas al Señor, Él te escucha.  Su brazo es poderoso para salvarte.  Su Espíritu desea consolarte.  Su amor te dará las fuerzas y la valentía que necesitas para enfrentar tus problemas.

Te animo a que no olvides jamás estas verdades.  Y más bien… recuerda.

Amado Señor: Por favor ayúdame recordar que Tú siempre estás conmigo y que cuando los problemas me asalten, tu amor y tu poder serán mi salvación.  En el Nombre de Jesús.  Amén.                                                                                                                                                                           

Pasos para la aplicación:

  • Lee el Salmo 54.
  • Has una lista de las cosas que David le pide a Dios en este salmo.
  • ¿Qué dice él de Dios?

Recursos relacionados:

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Más recursos

Puntos para reflexionar:

  • ¿Cuál es tu primera reacción cuando las dificultades tocan a tu puerta?
  • ¿Cuentas con amistades cristianas con las que puedes platicar y orar por tus problemas?
  • Si no es así, pídele al Señor que traiga a tu vida una amiga cristiana. (La iglesia local es el lugar ideal para formar tales amistades).

Versículos que te darán fuerza:           

Lucas 1:51a,  “¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!” (NVI)

Deuteronomio 31:6, “¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el SEÑOR tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará”. (NTV)

Salmo 46:1, “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad”. (NTV)                                                                   

© 2010  de Ana Stine. Todos los derechos están reservados.

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