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El Camino Bíblico - 6 de Sepa

 

Lea Ezekiel 20

En la lectura de hoy:

Dios se niega a ser consultado por los ancianos; la historia del rebelde Israel; su derrota por Babilonia y su dispersión entre las naciones paganas

El rey y los líderes religiosos de Judá habían expresado un gran odio que seguía creciendo contra el profeta Jeremías por sus mensajes de juicio contra ellos. Las revelaciones y las visiones que Dios le dio a Ezequiel, cuando estaba viviendo en Babilonia, también fueron ignoradas. Siempre llega el tiempo cuando Dios tiene que dicir: «Entonces me llamarán, y no responderé» (Proverbios 1:28). Ahora ya era muy tarde para orar para ser librados de la destrucción que venía sobre Jerusalén. Sin embargo, Ezequiel registró esto:

« . . . vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí» (Ezequiel 20:1).

Entonces Dios le dio a Ezequiel este siguiente mensaje para los ancianos de Israel: «¿A consultarme venís vosotros? Vivo Yo, que no os responderé, dice Jehová el Señor. . . . El día que escogí a Israel. . . . Mas ellos se rebelaron contra Mí . . . porque desecharon Mis decretos . . . porque tras sus ídolos iba su corazón» (20:3,5,8,16). Después de esto, Ezequiel recibió un mensaje horrible del Señor para Israel: « . . . Así ha dicho Jehová: He aquí que Yo estoy contra ti, y sacaré Mi espada de su vaina . . . para entregarla en mano del matador» (Nabucodonosor) (21:3,11).

La profecía de Ezequiel acerca de una espada bien afilada reveló la inminente ruina de Jerusalén que Nabucodonosor vendría a cumplir. Sin duda, Nabucodonosor se felicitó a sí mismo por el espléndido triunfo sobre Judá cuando, en verdad, él solamente estaba sirviendo al Rey de reyes, y sin saberlo fue usado para cumplir el juicio de Dios sobre Su pueblo rebelde. «La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella» (Proverbios 16:33).

El rey Sedequías, «impío príncipe de Israel» (Ezequiel 21:25), y el pueblo pronto serían secuestrados. Jerusalén y el templo serían destruidos para cumplir la profecía de Ezequiel: « . . . a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga Aquel cuyo es el derecho, y Yo (Dios) se lo entregaré» (21:27).

No ha habido otro rey ungido por Dios para sentarse sobre el trono de David por los últimos 2.500 años. Durante la vida de Jesucristo sobre la tierra, un edomita llamado Herodes fue nombrado por Roma como meramente un rey-títere para gobernar sobre los judíos de Judea. Israel continuará existiendo sin un rey hasta la segunda venida de Jesucristo como el « . . . Rey de reyes, y Señor de señores» (I de Timoteo 6:15).

Pensamiento para hoy:

Dios siempre está lleno de compasión para todos los que oyen Su Palabra, se arrepienten, y vienen a Él «hoy» — puede que mañana sea muy tarde.

Lectura opcional: Apocalipsis 11

Versículo de la semana para aprender de memoria:

Juan 1:10