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El Camino Bíblico - 18 de Octa

 

Lea Mark 12

En la lectura de hoy:

Los labradores malvados; la cuestión sobre el tributo a César; la resurrección; el gran mandamiento; la ofrenda de la viuda; las señales del fin de esta era

Jesucristo fue interrogado por un escriba, quien le preguntó «¿Cuál es el primer (mayor) mandamiento de todos? (Marcos 12:28). Jesús le contestó citando el libro de Deuteronomio 6:4-5. «El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor Uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento» (Marcos 12:29-30). Jesús entonces citó al libro de Levítico 19:18, diciéndole: «Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos» (12:31).

La palabra hebrea «Elohenu» se traduce al español como «nuestro Dios». Sin embargo, Dios escogió usar la forma plural «Elohim», queriendo decir «Dioses», unas 2.500 veces en referencia a Sí mismo como el que existe por Su propio poder, el «Único Dios Verdadero». Esto, entonces, es lo que la sagrada proclamación a Israel literalmente nos dice: «Oye, Israel; el Señor (nuestros Dioses), el Señor Uno es». Además, la palabra hebrea para «Único» que aquí se usa es también una solemne declaración de que el Señor es una unidad plural. El «Único» (El-echad) es una palabra que expresa «uno» en un sentido colectivo. En esto vemos una unidad compuesta — no una unidad absoluta. Por ejemplo, Dios dijo: «Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (Génesis 2:24). Aun con muchos hijos, todavía le llamamos a esta unidad «una» familia. La expresión «un tabernáculo» (Éxodo 36:13) incluía muchas partes individuales. Sin embargo, sí hay una palabra en hebreo que representa «uno» en el sentido de uno absoluto. Es la palabra «yacheed» y vemos que esta palabra nunca es usada para expresar la Deidad, aunque es usada muchas veces en las Santas Escrituras.

Esta verdad manifiesta la ignorancia de todos los que se niegan a reconocer a Jesús como el Único Dios Verdadero, el Creador de todas las cosas. El Espíritu Santo guio al apóstol Pablo a escribir sobre Jesús: «Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra . . . » (Colosenses 1:16). Todas las personas que rechazan a Jesús como nuestro Dios y al Espíritu Santo como el Único quien nos « . . . guiará a toda la verdad» (Juan 16:13) están, por hecho, rechazando la revelación de Dios mismo como Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. Jesús no dejó ninguna duda en cuanto a quien Él era cuando Él dijo: «Yo y el Padre Uno somos» (Juan 10:30; ver 5:18; 12:45; 14:9-11,20).

Pensamiento para hoy:

Vamos a orar hoy en día por los que están en autoridad.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Mateo 7:3