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El Camino Bíblico - 12 de Noviembre

 

Acts 9

En la lectura de hoy:

La conversión de Saulo; Dorcas es resucitada de entre los muertos; las visiones de Pedro y Cornelio; los gentiles reciben el Espíritu Santo

Saulo de Tarso era un fariseo sincero que estaba determinado a apagar la llama del evangelio de los seguidores de Jesús quienes él consideraba que eran blasfemos religiosos que se merecían la sentencia de muerte. De esta manera Saulo recibió las cartas del sumo sacerdote para viajar unos 217 kilómetros hasta Damasco en Siria para arrestar a los creyentes que habían huido de Jerusalén. Él dijo: «a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino (seguidores de Jesús), los trajese presos a Jerusalén» (Hechos 9:2), donde podían ser juzgados por herejía y sentenciados a muerte.

En camino cerca de Damasco, «repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues» (9:3-5). Tres días después, el Señor llamó a Ananías, un discípulo de Cristo que vivía en Damasco, y le dijo: «Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías» (9:11-12).

Ananías le respondió al Señor: «Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a Tus santos en Jerusalén . . . El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido Me es éste, para llevar Mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque Yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por Mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús . . . me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. . . . (Y) recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado» (9:13-18).

Durante esos mismos días, Pedro también tuvo una visión que le causó reconocer que «(En) verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas» (10:34). Hablándole a los gentiles en la casa de Cornelio, Pedro les declaró: «De Éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por Su nombre. Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso» (10:43-44). Después que el Espíritu Santo había caído sobre ellos, Pedro preguntó: «¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús» (10:47-48). «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un Cuerpo» (I de Corintios 12:13,27).

Pensamiento para hoy:

Vamos a vivir para Dios y Él nos dará lo mejor que Él tiene.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Romanos 6:12