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El Camino Bíblico - 15 de Noviembre

 

Acts 17

En la lectura de hoy:

La oposición de los judíos; Pablo y Silas en Berea; Pablo en el Areópago de Atenas, en Corinto, y en Éfeso; Aquila y Priscila; los plateros

El apóstol Pablo y su compañero Silas fueron golpeados brutalmente por un tumulto en Filipos y echados en la prisión. Sin embargo, por medio de la intervención de Dios, ellos fueron soltados al próximo día. Pablo no se daba por vencido, «habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron. . . . (Y) llegaron a Tesalónica» (Hechos 16:40-17:1). Dondequiera que él iba, Pablo siempre asistía a la sinagoga de los judíos. «Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo (dando evidencias) por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio . . . es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron» (17:2-4).

Cuando los incrédulos líderes religiosos se dieron cuenta de todos estos nuevos conversos, ellos se enfurecieron y empezaron un gran alboroto. Inmediatamente después de esto, Pablo se fue de noche y viajó hacia el suroeste hasta Berea. Al llegar, «entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la Palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos» (17:10-12). El hecho de confesar a Jesús como su Mesías era una decisión monumental para los creyentes, lo cual tendría un gran efecto sobre todos los aspectos de sus vidas — su familia, sus amigos, y sus asociados en los negocios. Su dedicación a la verdad debe de animarnos a todos, sin pensar en el nivel de entrenamiento religioso, para estudiar todas las Escrituras con un deseo sincero para aprender las verdades que ellas nos revelan.

Nuestro Creador nos ha distribuido a cada uno de nosotros con sólo una vida para prepararnos en nuestro destino eterno. Todos nosotros tenemos una responsabilidad doble — de llegar a ser la persona que Dios quiere que seamos y de llegar a cumplir con el propósito para el cuál Él nos creó. Vamos a pensar en lo trágico que será para esas personas que no llegan a cumplir la voluntad de Dios, solamente perdiendo sus cortos años en esta vida acumulando las metas materiales, sociales y financieras para su auto complacencia. Dios ha provisto solamente un perfecto libro para guiarnos — Su Santa Palabra. Vamos a obedecerla y vamos a seguir a Jesús, como nuestro Salvador y nuestro Señor (I de Timoteo 2:5).

«Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia» (Hechos 17:30-31).

Pensamiento para hoy:

Alabado sea Dios, Sus caminos siempre son los mejores.

Versículo de la semana para aprender de memoria: Romanos 6:13