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El Camino Bíblico - 15 de Marzo

 

Deuteronomy 7

En la lectura de hoy:

El pecado de Acán; Hai derrota a Israel; el castigo de Acán; Israel derrota a Hai; el altar en el monte Ebal; el pacto renovado; la Ley fue leída

El Señor aguantó las aguas del Río Jordán en el tiempo del año cuando el Río Jordán se desbordaba por todas sus orillas, «y todo Israel pasó en seco» a Canaán (Josué 3:6-17). Después de la victoria en Jericó, los israelitas se regocijaron. Sin embargo, sin buscar la dirección de Dios, los israelitas atacaron la ciudad de Hai. «Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada» (7:5).

Nueve veces en los primeros seis capítulos de este libro se dice que el Señor dirigió a Josué (1:1; 3:7; 4:1,8,10,15; 5:2,15; 6:2). Por no consultar con el Señor, la derrota de Israel fue inevitable (7:2-5). Por un momento Josué había olvidado de considerar que el Señor mismo era su Comandante de grado mayor, y que sólo Él podía dar las órdenes que resultarían en la victoria (1:5). Primeramente el malvado pecado de Acán tenía que ser castigado. Después de esto fue que el Señor dirigió a Josué a una completa victoria sobre Hai.

El razonamiento de los israelitas que les llevó a la derrota en Hai ha sido repetido por casi todos nosotros. Cuando vemos que no existen problemas muy serios, tenemos demasiada confianza en nosotros mismos, confiando en nuestra propia capacidad, y asumimos que el Señor quiere que usemos «nuestro mejor sentido común». Sin embargo, si nos separamos de ser sumisos a la presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros, entonces la tentación más pequeña llegará a ser mucho más poderosa que nosotros. Él es el Único que puede impartir discernimiento por medio de nuestro deseo de leer y obedecer Su Palabra.

Muchos empiezan sus vidas como cristianos en oración y leyendo la Biblia diariamente, pero tarde o temprano se llenan de confianza en sí mismos y se olvidan de que «(antes) del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu» (Proverbios 16:18). La verdad más importante aquí es que nosotros no ganamos las victorias porque somos cristianos, tal y como Josué tampoco ganó la victoria sobre Hai porque él era un israelita.

«Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón» (Hebreos 4:12).

Pensamiento para hoy:

Cualquier cumplimiento de nuestros talentos que son de valor siempre es el resultado de Dios trabajando en nuestras vidas.

Lectura opcional: Juan 6

Versículo de la semana para aprender de memoria: Filipenses 2:14