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El Camino Bíblico - 18 de Marzo

 

Joshua 1

En la lectura de hoy:

Josué distribuye la tierra entre las tribus; los territorios dados por herencia a Judá, a Caleb, a Efraín, y a Manasés

Josué había destruidos a los anaceos de los montes de Hebrón, unos cinco años antes de este tiempo (Josué 10:2-11; 11:21-22). Ahora, ellos habían vuelto a tomar control de su territorio — y sin duda, con una determinación mucho más poderosa para retener la tierra que se le había prometido a Caleb.

A los 85 años de edad, cuando Caleb se jubiló, él le relató a la nueva generación cómo fue que Dios le había cuidado hasta este entonces y les dijo: «Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón. Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios» (14:7-8). La inmutable fe de Caleb se puede ver en su reporte de cuando fue espía: «yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón». Él habló las convicciones de su corazón mientras se efrentaba a la oposición de los otros espías y del pueblo. Solamente él se paró junto con Josué. Nosotros a veces tememos hablar sobre nuestra fe cuando nuestras convicciones no son muy populares; pero la persona bendecida por Dios siempre habla lo que está en su corazón sobre las cuestiones espirituales.

Caleb valientemente dijo: «pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios». Su decisión no fue afectada por lo que otras personas decían o hacían. Los pocos fieles quienes tienen sus corazones enlazados al Señor, y confían en Su Palabra, no temen hablar y seguir adelante para cumplir la voluntad del Señor sin tener en cuenta lo que otros hacen o dicen.

El valeroso espíritu de Caleb no solamente nos inspira hoy en día, pero nos recuerda que « . . . los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán» (Isaías 40:31). Los bendecidos de verdad siempre son fieles a Dios.

Sí, casi todos nosotros nos enfrentaremos a dificultades como gigantes «cananeos» en nuestra vida, como también con amigos quienes tratarán de desanimarnos. Por seguro, nuestra fe debe de sobrepasar la fe de Caleb, pues « . . . Cristo es el que . . . está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? . . . Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó» (Romanos 8:34-35,37).

Pensamiento para hoy:

Dios honra sólo la fe que está establecida en Su Palabra.

Lectura opcional: Juan 9

Versículo de la semana para aprender de memoria: Filipenses 2:15