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El Camino Bíblico - 24 de Marzo

 

Judges 6

En la lectura de hoy:

Israel abandona a Dios; los madianitas oprimen a Israel por siete años; Israel ora; Dios manda un profeta; Gedeón destruye el altar de Baal

Una vez más los israelitas fueron esclavizados, esta vez por los madianitas. «Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. . . . De este modo empobrecía Israel en gran manera . . . y los hijos de Israel clamaron a Jehová» (Jueces 6:1,6). La respuesta a sus oraciones empezó con una reprimenda: «Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto . . . Os libré . . . de todos los que os afligieron . . . y os di su tierra; . . . pero no habéis obedecido a Mi voz» (6:8-10). No les dio ninguna consolación, sólo una reprensión. El pueblo se quedó consciente de sus pecados y sin esperanza de alivio. Ellos necesitaban reconocer que su miserable sufrimiento era el resultado directo de descuidar la Palabra de Dios.

Casi parece que este profeta sin nombre había tenido solamente un converso — Gedeón. «Y El Ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. . . . Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas» (6:12,14).

Debidamente Gedeón estaba bien consciente de su pobreza e inhabilidad, y confesó: « . . . Señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel?» (6:15). A veces pensamos que las únicas personas que Dios puede usar son aquellas que tienen influencia en su comunidad. Pero, muchas veces estas personas están muy ocupadas, quieren todo a su manera, o prefieren comprometerse que perder su popularidad. Gedeón era verdaderamente un hombre sin experiencia y lleno de dudas, pero él obedeció al Señor sin poner condición y sin tenerle miedo a la oposición. Gedeón estaba listo para adorar al Dios de Israel «Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom» (Jehová es Paz) (6:24). Nosotros también tenemos que quitar los ojos de nuestras circunstancias y fijar nuestra fe en la Palabra de Dios. «Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?» (Santiago 2:5).

Pensamiento para hoy:

La fe en Dios, no en nuestra sabiduría, es la que nos trae el éxito.

Lectura opcional: Juan 15

Versículo de la semana para aprender de memoria: Filipenses 2:15