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El Camino Bíblico - 11 de Abril


2 Samuel 1

En la lectura de hoy:

Saúl muere en la batalla; David lamenta la muerte de Saúl y de Jonatán; David es coronado rey de Judá; Is-boset es rey sobre Israel

Saúl había forzado a David a irse de su familia, de su esposa, de sus amigos, y después a un exilio lejos del palacio como un fugitivo. Un amalecita errante, quien traía en sus manos la corona del rey Saúl, pensó erróneamente que David se agradaría de que él había matado a Saúl. El amalecita no podía comprender por qué era que David no se regocijaba por la muerte de su enemigo. Pero, David y los suyos, « . . . lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche . . . porque habían caído a filo de espada. . . . ¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes! No lo anunciéis en Gat, ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón; para que no se alegren las hijas de los filisteos» (II de Samuel 1:12,17,19-20).

El mundo se deleita en los fracasos de los cristianos. Por seguro, ningún creyente se debe involucrar en malas conversaciones sobre los fracasos de otros cristianos. «Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana» (Santiago 1:26).

Ahora que Saúl había muerto, ¿quién iba a reinar en su lugar? Israel estaba sin un rey. Hacía ya mucho tiempo que David había sido ungido por el profeta Samuel para ser el próximo rey de Israel (I de Samuel 16:13). Sin embargo, Abner, el primo de Saúl y el poderoso comandante de su ejército, estaba determinado a mantener su lugar. Él persuadió a los ancianos de Israel para poner a Is-boset, el hijo de Saúl, como rey sobre 10 tribus. David podía justificarse en enfrentar a Abner en guerra y defender su lugar como el escogido de Dios para el trono. Al contrario, « . . . David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón. . . . Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá» (II de Samuel 2:1,4).

Muchas veces nos aprovechamos de las oportunidades que vienen para avanzar personalmente en vez de buscar al Señor y Su plan para nuestras vidas. Nosotros no necesitamos batallar por nuestros derechos. David oró para que la voluntad de Dios se cumpliese a Su manera y en Su tiempo. Es una buena consolación para los creyentes saber que: «Mucha paz tienen los que aman Tu Ley, y no hay para ellos tropiezo» (Salmo 119:165).

Pensamiento para hoy:

La victoria espiritual no depende de la fuerza y el razonamiento humano, pero en la sumisión al Espíritu Santo.

Lectura opcional: Hechos 12

Versículo de la semana para aprender de memoria: Juan 11:25