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El Camino Bíblico - 3 de Mayo


2 Kings 6

En la lectura de hoy:

El hierro de un hacha flota; los sirios (arameos) atacan a Israel; el hambre en Samaria; el cumplimiento de la profecía de Eliseo

Ben-adad, el rey de Aram (Siria), no podía haber «olvidado» que, cuando los soldados arameos (sirios) trataron de capturar a Eliseo, ellos fueron cegados milagrosamente y fueron llevados por Eliseo adentro de las murallas de la capital, la ciudad de Samaria. Los soldados entonces estaban encerrados en la ciudad y a la misericordia del rey de Israel. Sin embargo, al mandato de Eliseo, el rey « . . . les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel» (II de Reyes 6:23). « . . . Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria . . . » (6:24-25).

Esta poderosa ciudad de Samaria, que había sido una fortaleza muy lujosa, ahora se enfrentaba a todo lo terrible de una extendida sequía. El rendirse a Aram (Siria) sería una muerte segura para el rey Joram y esclavitud para su pueblo. Pero, si se quedaban adentro de las murallas de la ciudad el pueblo terminaría en morirse de hambre y algunos aun llegarían al canibalismo. Esta espantosa condición era el resultado de la desobediencia de Israel, tal y como Dios se lo había advertido de antemano (Levítico 26:14-29).

Cuando parecía que ya no había esperanza, el Señor trajo al rey Joram cara a cara con Eliseo, quien proclamó: «Dijo entonces Eliseo: Oíd Palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria» (II de Reyes 7:1). Uno de los oficiales del rey se burló de él diciendo: « . . . Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él (Eliseo) dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello» (7:2). La profecía se cumplió milagrosamente cuando Dios, en Su gran misericordia, les mandó un gran miedo a los corazones de los hombres del ejército sirio, y ellos rápidamente abandonaron su campamento dejando atrás sus alimentos, lo cual fue de gran abundancia para los israelitas. Pero el oficial del rey fue pisoteado a muerte en la carrera precipitada por los alimentos (7:17).

¡Los creyentes obedientes no necesitan temer el día de mañana! Al contrario, podemos regocijarnos en las promesas de Dios, quien « . . . suplirá todo lo que (nos) falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19).

Pensamiento para hoy:

Las respuestas a nuestras oraciones a veces son suspendidas porque Dios tiene un plan mejor.

Lectura opcional: Romanos 6

Versículo de la semana para aprender de memoria: Juan 13:35