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Alimento Diario - 29 de Mayo, 2012

  


Felicidad vs desdicha

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. -  Salmos 1:1-2

Cada día somos puestos a prueba. Dichoso es quien resiste la influencia del pecador y quien se deleita en el conocimiento y medita en la ley del Dios.

Podemos ver cómo se comportan quienes siguen los malos consejos y se mantienen en el camino de los pecadores. Podemos ver que ese camino, muy transitado, conduce a la desdicha. Es muy fácil encontrar a nuestro alrededor el “consejo de los malvados”, la “senda de los pecadores”, y la “amistad de los blasfemos”. El camino que conduce a la desdicha está lleno de malas intenciones, ausencia de justicia, y actos criminales. Estos abusos son atrayentes para nuestra naturaleza pecadora, por lo que están en constante lucha con la nueva naturaleza que tenemos en Cristo.

Por fe en Cristo como Señor y Salvador, los cristianos nos deleitamos en la Ley de Dios y su dirección en nuestras vidas. A pesar de que la vida puede ser dura –incluso cruel—Dios nos ha dado su Espíritu Santo para que podamos perseverar en medio de las dificultades.

Cuando seguimos a Dios, puede que confrontemos persecución a lo largo del camino. Habrá quienes tratarán de interrumpir nuestro progreso, quienes se burlarán del júbilo que experimentamos en nuestra fe, y quienes estén celosos de nuestro éxito. Podremos incluso sufrir discriminación en el lugar de trabajo y ser acusados de cosas que no hicimos. Podemos encontrar que la vida es más difícil cuando no somos corruptos o nos negamos a explotar a otros. Este es uno de los deberes más retadores: no obstante las dificultades que encontramos en nuestras vidas, deleitamos en la Palabra de Dios.

La Biblia dice que es dichoso el hombre que así lo hace. Dios nos ha escogido para vivir en Cristo, y es a través de la fe inspirada por el Espíritu que seguimos el camino de Jesús en este mundo.

ORACIÓN: Gracias, Padre, por darnos fe, perdón, y vida nueva en Jesús, quien es el camino. Amén.

Biografía del autor: Alex Kohkoh trabaja como voluntario para las oficinas de Cristo Para Todas Las Naciones en Camerún, en el este de África.

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