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Ánimo Para la Mujer - La Semana del 6 de Junio

CUANDO DIOS LLAMA A UNA MUJER
Micca Monda Campbell

"Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché."
Isaías 41:9 (RVR)

Lectura:

Como crecí en la iglesia estaba familiarizada con el término “llamado”, aunque su significado me resultaba poco interesante. Una vez que sentí el llamado de Dios en mi propia vida, el término adquirió nuevo significado. ¡La emoción que más sentí fue miedo!  Como Moisés, pensé en todo lo que me descalificaba para el ministerio.

Más tarde me di cuenta de que eran solo excusas. El Dios que nos llama nos capacita. Mi mente entendió esta verdad, pero el resto de mí luchaba con el miedo. Por mi cabeza pasaban  pensamientos ansiosos como: “¿Escuché a Dios correctamente o este sentido de servir proviene de mis propios deseos?”  Finalmente, encontré paz en las palabras de Pablo:

"Pablo, apóstol de Jesús Cristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús." (2 Timoteo 1: 1, RVR).

Me di cuenta de que Pablo fue llamado “por la voluntad de Dios”. Esto significa que el ministerio no es algo que tú y yo elijamos. Dios hace la elección. Podemos optar por cualquier otra profesión en la tierra menos por el ministerio. Para hacer el ministerio tú y yo debemos ser elegidas por Dios.

Según Billy Graham, las personas entran a la obra del ministerio por diversas razones. La mayoría están agradecidas por su salvación. Otras tienen un deseo genuino de ayudar a otros. Muchos simplemente están siguiendo los pasos de sus padres. Y algunos desean el respeto que viene con la profesión. Todas esas razones son buenas, pero la clave que da la paz  al estar en el ministerio es saber que fuimos llamados por Dios.

Cada persona debe ser capaz de identificar el momento en el que se dio cuenta de que Dios la llamó a una vida de servicio. Este es el primer paso para superar el miedo. Esto puede ser una experiencia como la de Pablo en el camino a Damasco o un sentimiento creciente de que Dios te ha separado para  su servicio. Puede ser una mezcla de ambos. Lo importante no es cómo sino que fuiste llamada. Esta persona no sólo tiene el favor de Dios sino la promesa de su presencia y provisión. El segundo paso para acabar con el temor es confiar en que Dios compensará lo que te falte.

Moisés tenía dudas y temores sobre su capacidad para estar en el ministerio, pero Dios no. Él sabía en lo que se estaba metiendo cuando llamó a Moisés. Lo que es más, Dios sabía en lo que se estaba metiendo cuando te llamó a ti también: alguien de tu tamaño, con tu corazón, tu personalidad, tu acento, tus antecedentes, tus talentos e incluso tus defectos. Dios te miró bien y dijo: "¡Sí, ella será una socia excelente!” Alguien que reconoce la realidad de esa declaración entiende que no está trabajando para Dios sino con Dios. Hay una enorme diferencia.

El miedo, la preocupación y la ansiedad son síntomas de duda. La duda significa a menudo que nuestro enfoque está en nosotras mismas y no en Dios. Cuando confiamos en que Dios hará lo que nosotras no podemos, eso quita la carga y la pone sobre Él.  Luego, al mirar a Dios, vemos reflejado en sus ojos un gran potencial que sólo Él puede lograr cuando nos unimos a Él.

Por último, crecemos en confianza a través de la confirmación. Muchas veces otros se darán cuenta del llamado en tu vida o de tu capacidad antes que tú. Toma esos comentarios como confirmación. Otra forma de confirmar tu llamado es a través de un consejero piadoso, mentor o pastor. Mi pastor desempeñó un gran papel en mi preparación y confirmación para el ministerio.

Otra manera de establecer confianza es asistir a un congreso para escritores y  oradores.  El ministerio Proverbios 31 realiza este tipo de congreso anualmente, se llama She Speaks [Ella Habla]. Muchas han asistido y se han ido con la certeza de decir "sí" al llamado junto con las herramientas que necesitan para llevarlo a cabo.

Dios quiere que estés segura de su plan y propósito para tu vida. Ya sea que estés llamada a servir en tu iglesia o en un ministerio a tiempo completo, no hay por qué temer. Puedes estar segura de que Dios proporcionará todo lo que necesites.

Amado Señor, no siempre veo lo obvio: tu provisión;  pero confío en que está ahí para darme poder y guiarme más allá de mi imaginación. Hoy dejo a un lado mi miedo y digo "sí" a lo que sea que tienes para mí. Ve delante con seguridad y claridad. En el nombre de Jesús, Amén.

Pasos para la aplicación:

Si no conoces tu propósito, busca a Dios, espera y observa las formas en que Él responde. Si tienes la sensación de que Dios te ha llamado al ministerio, asegúrate de que fue Dios quien te escogió. Renuncia a tu miedo y comprométete con su voluntad. Luego busca consejo y orientación de alguien que ame a Dios. Por último, gana experiencia y formación al asistir a She Speaks [Ella Habla].

Recursos relacionados:

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Puntos para reflexionar:

¿Que te impide servir a Dios con confianza? Identifícalo y entrégaselo a Dios.

Versículos que te darán fuerza:

2 Corintios 9: 8, "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra". (RVR)

1 Tesalonicenses 5: 24, "Fiel es el que os llama, el cual también lo hará". (RVR)

© 2010  de Micca Campbell. Todos los derechos están reservados.

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