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El Camino Bíblico - 10 de Junio


Nehemiah 11

En la lectura de hoy:

Los residentes de Jerusalén; los sacerdotes y los levitas con Zorobabel; la dedicación de los muros; los oficiales del templo son restaurados

Estas personas ordinarias, sin tener alguna habilidad para edificar los muros, en buena voluntad fueron a trabajar bajo el liderazgo de Nehemías, e hicieron todo lo más que pudieron para reedificar los muros alrededor de Jerusalén.

Solamente un grupo pequeño de todos los que salieron de Persia para reedificar a Jerusalén realmente se establecieron dentro de los muros de la ciudad. Muchos de los judíos vivían en los alrededores de la ciudad donde podían sembrar, tener animales de pasto, y hacer una vida más fácil. Por esta razón, no habían suficientes personas viviendo en Jerusalén para mantenerla y protegerla. «Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades» (Nehemías 11:1).

Los israelitas ahora podían congregarse dentro de los muros reedificados en Jerusalén y adorar sin miedo de sus enemigos. «Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos . . . Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento . . . y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos» (12:27,43).

La adoración de los israelitas demostró un compromiso de corazón sincero al Señor en esta renovada relación con Él. Aunque todos los verdaderos creyentes aman al Señor, no todos están dispuestos a dejar atrás sus intereses personales y su seguridad financiera para hacer todo lo necesario para cumplir los propósitos del Señor.

Es igual de suma importancia que los seguidores de Cristo consideren «los muros» de sus propias vidas que necesitan ser reedificados donde los intereses mundanos han entrado y destruido su celo para con el Señor.

En nuestro caminar como creyentes, necesitamos estar en guarda contra cualquier cosa, incluyendo aun las buenas actividades que puedan desviar nuestro tiempo y nuestro dinero de ser usados para Dios y no llegar a « . . . (hacer) tesoros en el cielo . . . (Porque) donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:20-21).

Todos nosotros queremos oír a nuestro Señor decirnos: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor» (Mateo 25:21).

Pensamiento para hoy:

Dios puede usar al siervo más pequeño para cumplir Sus necesidades.

Lectura opcional:

II de Corintios 12

Versículo de la semana para aprender de memoria: Eclesiastés 5:4