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El Camino Bíblico - 11 de Agosto

Isaías 52 – 57

En la lectura de hoy:

Jesucristo llevará nuestro dolor; nuestro sufrimiento, y nuestro pecado; el amor del Señor para Israel; todos somos pecadores; un llamamiento a la fe y al arrepentimiento

Dios le reveló a Isaías que el Mesías, el Rey de reyes, vendría primeramente como: « . . . Mi Siervo (que) será prosperado», (y entonces) «será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto» (Isaías 52:13). Jesucristo nuestro Señor, en humilidad y en mansedumbre, no reclamó ni hizo valer Sus derechos, ni tampoco quiso establecer a la fuerza Su legítimo reino cuando vino la primera vez.

Jesucristo, primeramente vino al mundo como «el Siervo (de Dios)» como el Siervo Sufrido, pero Él pronto vendrá como el Rey de reyes «engrandecido y exaltado». Los judíos estaban buscando un rey-guerrero, como David, quien les diera la libertad de la opresión romana. Isaías bien predijo: «Subirá cual renuevo delante de Él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en Él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que Le deseemos» (53:2). La «tierra seca» ilustra la condición espiritual del mundo religioso sin Jesucristo. Solo Él provee la vida eterna a todos los que confiesen su culpabilidad, se arrepientan de sus pecados, y traten de obedecer la Palabra de Dios. Por esta razón es muy importante leerla. Por consiguiente, todos nosotros, de tiempo en tiempo, no llegamos a cumplir con todo lo que Dios quiere que seamos. Pero Jesucristo sigue intercediendo por nosotros delante del Padre. «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (I de Juan 1:9).

«Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53:5). Su muerte en la cruz provee el camino para terminar la enemistad entre el hombre pecador y el Justo Dios Creador. Esto quiere decir que todos los creyentes arrepentidos, judíos y gentiles de igual forma, reciben la vida eterna, por medio de la muerte del Impecable Hijo de Dios, cuando ellos reciben a Jesucristo como su Salvador y Señor.

Diariamente, nosotros debemos de alabar a Jesús por quien Él es en verdad — el Gran Dios de la creación y el Salvador que pronto vendrá a gobernar este mundo. «Y en Su vestidura y en Su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES» (Apocalipsis 19:16).

Pensamiento para hoy:

Vamos a alabar al Señor hoy en día por Su sublime gracia que es asombrosa.

Lectura opcional:

I de Pedro 1

Versículo de la semana para aprender de memoria: Habacuc 3:18