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El Camino Bíblico - 17 de Agosto


Jeremiah 11

En la lectura de hoy:

Jeremías proclama el pacto de Dios; la conspiración contra Jeremías; la queja de Jeremías; el cinto de lino podrido; las tinajas llenas y la sequía

Todos los israelitas eran llamados a ser santos y a servir al Señor y, en cambio, Dios les iba a proveer todas sus necesidades. Pero muchas personas del pueblo de Dios habían dejado al Señor para adorar a los ídolos y seguir la vida pecaminosa. Para ilustrar su fracaso, el Señor dirigió a Jeremías a decir: «Así me dijo Jehová: Ve y cómprate un cinto de lino, y cíñelo sobre tus lomos, y no lo metas en agua» (para lavarlo) (Jeremías 13:1). Los hombres hebreos usaban una túnica, larga, no apretada, como un vestido. Para juntar la túnica bien apretada a su cuerpo mientras que trabajaban o caminaban, ellos usaban un cinto, como una faja alrededor de su cintura llamada «banda, cinto, o faja». El cinto de lino blanco usado por los sacerdotes representaba la relación bien unida entre los israelitas y Jehová.

Jeremías escribió y finalmente dijo: «Vino a mí segunda vez Palabra de Jehová, diciendo: Toma el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate y vete al Éufrates, y escóndelo allá en la hendidura de una peña. Fui, pues, y lo escondí junto al Éufrates, como Jehová me mandó. Y sucedió que después de muchos días me dijo Jehová: Levántate y vete al Éufrates, y toma de allí el cinto que te mandé esconder allá. Entonces fui al Éufrates, y cavé, y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí que el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno» (13:3-7). Que «se había podrido» significa que el cinto ya no servía y no era apropiado para ser usado por un sacerdote. Consecuentemente: «Así ha dicho Jehová . . . Este pueblo malo, que no quiere oír Mis Palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón . . . vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno» (13:9-10).

Como los israelitas, algunas personas hoy en día están interesadas en nada más que satisfacer sus propios intereses sin deseo alguno de servir u obedecer al Señor. Lamentablemente, muchas personas descubrirán un poco muy tarde que ellos han perdido las oportunidades dadas por Dios para verdaderamente gozarse de la vida con la seguridad de la vida eterna.

«Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice juntar a Mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice Jehová, para que Me fuesen por pueblo y por fama, por alabanza y por honra; pero no escucharon» (Jeremías 13:11).

Pensamiento para hoy:

Cuando vivimos para el Señor de todo corazón, Dios nos provee la seguridad de que « . . . todas las cosas (nos) ayudan a bien» (Romanos 8:28).

Lectura opcional:

II de Pedro 2

Versículo de la semana para aprender de memoria: Isaías 55:11