Crosswalk.com

El Camino Bíblico - 10 de Enero


Read Genesis 28

En la lectura de hoy:

El Pacto de Abraham es otorgado sobre Jacob; la visión de la escalera; el viaje a Padan-aram; el matrimonio de Jacob con Lea y con Raquel

Cuando Isaac se dio cuenta de que Dios había desautorizado su plan de darle la primogenitura a Esaú y no a Jacob, pues Dios lo había cambiado: «se estremeció Isaac grandemente» (Génesis 27:33). Él consultó con Rebeca, no para acusarla de haber hecho algo injusto, pero para decidir cómo planificar mejor el futuro de Jacob. Ellos no querían que Jacob fuese como Esaú, que violó la Palabra de Dios y se casó con una mujer idólatra, «Y dijo Rebeca a Isaac . . . Si Jacob toma mujer . . . de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?» (27:46). «Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram . . . y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios Omnipotente te bendiga, y te haga fructificar . . . y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo» (28:1-4). Esto fue una admisión bien clara del mal que Isaac había hecho en intentar de defraudar a Jacob.

Sin embargo, Esaú rápidamente culpó a Jacob por sus problemas diciendo: « . . . y he aquí ahora (Jacob) ha tomado mi bendición» (27:36). Esaú no fue muy diferente a cualquier otro pecador que irresponsablemente le gusta culpar a otras personas por sus fracasos.

Isaac vivió 43 años después de intentar de frustar el plan de Dios, pero no se encuentra nada por escrito que muestre que Dios lo trató de usar otra vez. Pero para Jacob, no obstante, sus notables bendiciones empezaron desde la primera noche que se fue de la casa de sus padres.

Sin un mapa y sin un compañero, pero según el perfecto plan de Dios, Jacob dejó la casa de sus padres, para hacer un viaje de más de 804 kilómetros, y llegar sano y salvo a Padan-aram. Maravillosamente, Dios le guio hasta llegar a Raquel y a la casa del «padre de (su) madre» (28:2), donde fue bien recibido.

Así, igual que todos los que vivimos para agradar al Señor, Jacob también fue consagrado para ese propósito. Cuando los creyentes nos damos cuenta de esta gran verdad, nuestra actitud cambia hacia el cónyuge, el lugar de trabajo, las limitaciones físicas, y los tiempos difíciles de esta vida, pudiendo ver todo en la voluntad de Dios.

Al pasar el tiempo, José, el hijo de Jacob, sería vendido como esclavo por sus hermanos. Pero vemos que, 20 años después, José les diría a ellos: «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien» (Génesis 50:20).

Pensamiento para hoy:

Tesoros eternos están reservados para todos los que dejan atrás los placeres de este mundo para hacer la voluntad de Dios.

Lectura opcional: Mateo 10

Versículo de la semana para aprender de memoria: Salmos 100:1-2