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El Camino Bíblico - 26 de Enero


Read Exodus 26

En la lectura de hoy:

Las instrucciones para construir el tabernáculo; el atrio, los utensilios, las columnas; planes para el altar; la vestidura de Aarón el sumo sacerdote; el efod

Dentro del atrio, el cual rodeaba al tabernáculo, estaba el altar de bronce (Éxodo 27:1-8), también llamado: «el altar del holocausto» (30:28). Dios le había dicho a Moisés: «Harás también un altar de madera de acacia . . . y lo cubrirás de bronce» (27:1-2). Por toda la Biblia, el bronce es símbolo del juicio de Dios sobre el pecado (ver Números 21:6-9; Juan 3:14-16). Todos los sacrificios eran ofrecidos en el altar de bronce, con el fuego encendido por Dios: «El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará» (Levítico 6:13).

Cuando se ofrecía un animal sin defecto y sin mancha como sacrificio, el israelita entendía que la vida del animal se estaba ofreciendo como una pérdida en su lugar por los pecados que había cometido. Él sabía que era posible, solamente por la muerte del animal impecable sacrificado por sus pecados, establecer otra vez una correcta relación con Dios. El adorador entraba por la única puerta al atrio y se acercaba al altar de bronce. Entonces él ponía sus manos sobre su sacrificio, lo cual significaba que su culpabilidad era así transferida al animal inocente.

Entre el altar y el tabernáculo estaba una fuente de bronce hecha de muchos espejos que las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión habían provisto (Éxodo 38:8). Cada día después que el sacerdote ofrecía un sacrificio, él se acercaba a la «fuente de bronce» (30:17-19), y allí se lavaba sus manos y su pies antes de ministrar en el santuario. El agua y los espejos eran simbólicos, y representaban la Palabra de Dios que revela nuestros pecados y tiene el poder para limpiar y quitar el pecado en nuestras vidas (Tito 3:5; Santiago 1:23,25).

Dios usó a los romanos para destruir el templo de Herodes con su altar de bronce, la fuente de bronce, el candelero de oro puro, la mesa de la Presencia, y el altar de incienso de oro. El arca del pacto de Jehová, con su propiciatorio, se habían perdido desde el cautiverio en Babilonia. Todo esto fue simbólico de nuestro Señor Jesucristo, quien lo cumplió todo (Hebreos 9:1—10:22; 13:10-12). Desde la crucifixión, la resurrección, y la ascensión de Jesucristo, los judíos y los gentiles tienen solamente un camino, puesto por Dios, para limpiar sus pecados.

Cristo se dio a Sí mismo por la iglesia « . . . para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra» (Efesios 5:26). Jesucristo también nos dijo: «Ya vosotros estáis limpios por la Palabra que os he hablado» (Juan 15:3).

Pensamiento para hoy: ¿Honrará a Dios lo que yo hago hoy?

Lectura opcional: Mateo 26

Versículo de la semana para aprender de memoria: Salmos 100:4