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El Camino Bíblico - 31 de Enero


Read  Exodus 40

En la lectura de hoy:

El tabernáculo es terminado y levantado; los utensilios son colocados; la consagración de Aarón y sus hijos; la nube de Jehová cubre el tabernáculo

En el monte Sinaí, Dios le enseñó a Moisés: «Y harán un santuario para Mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que Yo te muestre» (Éxodo 25:8-9). Después de nueve meses, la obra del tabernáculo fue acabada (39:32; ver 19:1; 40:2). «Y Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó . . . » (40:16). Esta frase le da énfasis a la suprema importancia de la obediencia a la voluntad de Dios (40:16-32). La obediencia de Moisés fue completa en cada detalle para hacer como 40 diferentes artículos, incluyendo: la tienda del santuario, los altares, los utensilios, los vasos, el altar de bronce, las vestiduras, los corchetes, las basas de bronce, las tablas, las barras, las columnas, y los muebles, etc. (25:40; 26:30; 39:42-43).

El primer artículo que se puso dentro del tabernáculo fue el arca del testimonio que contenía los Diez Mandamientos de Dios: «En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión; y pondrás en él el arca del testimonio . . . Y tomó (Moisés) el testimonio y lo puso dentro del arca . . . Luego metió el arca en el tabernáculo . . . como Jehová había mandado . . . » (40:2-3,20-21).

La Palabra de Dios provee toda la sabiduría, instrucción espiritual, y la fuerza necesaria para vivir para Él. Es de suma importancia que nosotros, tal y como Moisés, hagamos toda la obra «como Jehová (ha) mandado».

Después que el tabernáculo fue levantado, la nube de Su Presencia (Éxodo 13:21) y el tabernáculo eran inseparables por todas las jornadas de los israelitas. Si la nube se alzaba y se movía, entonces el tabernáculo y el pueblo les seguía; si la nube se detenía, el pueblo no se movía hasta el día en que ella se alzaba otra vez (40:37).

Pronto, la gloriosa presencia de Dios se verá otra vez en la tierra, así como el apóstol Juan nos reveló cuando estaba encarcelado en Patmos, cuando escribió: «Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios» (Apocalipsis 21:2-3).

Pensamiento para hoy:

Permita que Cristo tome el cargo en los asuntos de su vida. Usted se gozará y se alegrará que lo hizo.

Lectura opcional: Marcos 3

Versículo de la semana para aprender de memoria: Salmos 100:5