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Ánimo Para la Mujer - La Semana del 12 de Junio

EL LADO BUENO DEL CONFLICTO

Lysa TerKeurst

Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados.” Efesios 4:26 (NVI)        

Lectura:

Cuando tenía veintitantos años no había nada que me desagradara tanto como el conflicto. No quiero usar el viejo dicho de que le huía como a la plaga. Pero dado que ya lo mencioné, admitiré que yo trataba de huirle a los conflictos a cualquier costo.

Yo era el tipo de chica que se callaba y sonreía.

El problema con pretender que estamos bien cuando en realidad no lo estamos, es que todo ese vapor reprimido al final saldrá. Y si alguna vez has puesto tu mano muy cerca del vapor, sabes cuánto puede quemar.

He aprendido que un enfoque mucho más sano para lidiar con conflictos inevitables es enfrentar el asunto con gracia y humildad y preguntarnos a nosotras mismas una pregunta muy crucial. Esta pregunta es tan crucial que me aventuraría a decir que no preguntarla podría llevar a una extrema escalada del conflicto en vez de una restauración de la relación.

Así qué, ¿cuál es esta pregunta crucial?

¿Estoy tratando de probar o mejorar? En otras palabras, ¿lo que deseo en este conflicto es probar que tengo la razón o mejorar esta relación?

Cuando trato de probar que tengo la razón, uso las circunstancias del conflicto como un arsenal para atacar a la otra persona. Voy armada con las heridas y las ofensas del pasado lista para exponer mi caso. Estoy tentada a derribar a la otra persona. Reacciono con dolor y enojo y con frecuencia puedo decir cosas que luego lamento.

Por otro lado, cuando lo que deseo es mejorar la relación, trato de entender los motivos de la otra persona y la relación me importa lo suficiente como para pelear por ella en vez de contra ella. En vez de reaccionar con enojo, trato de hacer una pausa y dejo que el Espíritu Santo interrumpa mis primeros impulsos. Me enfoco en enfrentar el asunto, no a la persona.

Estas son unas buenas preguntas para hacer cuando estamos lidiando con un conflicto y deseando mejorar una relación:

•¿Podrías ayudarme a entender por qué te sientes así?

•¿Por qué no acordamos centrarnos en este asunto en lugar de discutir asuntos pasados?

•¿Qué resultado deseas en esta situación?

•¿Cómo podemos llegar a un acuerdo respecto a este asunto?

Mi esposo y yo hemos renombrado lo que antes llamábamos “peleas”. Ahora les decimos “oportunidades para crecer”. Y entre más practicamos estos principios, menos conflictos tenemos.

Pero no voy a ponerle un gran moño a esta lectura y terminar todo con un “hasta luego”. Aunque mi esposo Art y yo estamos muy bien ahora y hemos tenido muy pocas “oportunidades para crecer” últimamente, los conflictos con otras personas siempre parecen estar a la vuelta de la esquina.

Así que por favor escucha mi sentir: no estoy diciendo que todo esto es fácil. Justo esta semana he tenido que procesar algunas oportunidades para crecer que me han dejado sintiendo como si tuviera petardos quemándose en mis venas. Quizá sabes a qué me refiero.

Lo que diré es que es posible dejar que estos conflictos nos lleven a mejores lugares en nuestras relaciones. Lugares mejorados. Y ese es el lado bueno del conflicto.

Amado Dios, ayúdame a darme cuenta de que con cada conflicto que enfrento puedo tomar la decisión de mejorar la relación en lugar de tratar de probar que tengo la razón. Esto es difícil, Señor, realmente difícil. Pero quiero crecer en esta esfera y sé que es un buen lugar para empezar. En el nombre de Jesús, Amén.

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Reflexionar y responder:

¿Cómo te ayudaría en tu próximo intento para resolver un conflicto si usaras las siguientes preguntas?

¿Podrías ayudarme a entender por qué te sientes así?

¿Por qué no acordamos centrarnos en este asunto en lugar de discutir asuntos pasados?

¿Qué resultado deseas en esta situación?

¿Cómo podemos llegar a un acuerdo respecto a este asunto?

Toma algo de tiempo para hacer una pausa antes de empezar cualquier resolución de conflicto. A veces una simple pausa es todo lo que se necesita para recordar que debemos atacar el problema y no la persona. Recuerda que es importante mejorar la relación y no probar que nosotras tenemos la razón.

 

Versículos poderoso:                                                                                       Efesios 4:29, “Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.” (NVI)

© 2013  de Lysa TerKeurst. Todos los derechos están reservados.